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SERPIENTES Y ESCALERAS

 
 

 

 

Eolo Pacheco |
2016-08-22

Los problemas sociales y políticos han dividido a la sociedad morelense y se mezclan con una crisis múltiple que vive nuestro estado en materia económica, laboral, de seguridad, de violencia y hasta ambiental. Llevamos cuatro años de conflictos permanentes y un sinnúmero de manifestaciones públicas exigiendo resultados y un cambio en la forma de gobernar. Pero Graco no va a cambiar.

 

 

La polarización en Morelos sigue aumentando con un altísimo riesgo para todos. La lucha social contra el gobierno de Graco Ramírez y el congreso está afectando la gobernabilidad y trastoca la fragilísima estabilidad política del estado. La desconfianza y falta de dialogo son elementos muy peligrosos que pueden convertirse en motor de problemas mucho mayores para nuestra entidad. Si no hay conciliación, la descomposición del tejido social será irreversible.

Como gobernador, Graco Ramírez ha cometido un error de cálculo: no dialoga. Quizá basado en su experiencia como luchador social o derivado de sus personales estrategias de negociación política el perredista supone que cualquier conflicto tiene como fondo una ambición individual y no responde nunca a una legítima exigencia colectiva. 

Para el tabasqueño todas y cada una de las manifestaciones que se realizan en Morelos son producto de intereses oscuros, de perversiones políticas, de rencores económicos o pugnas partidistas; Graco ha sido incapaz de reconocer legitimidad en un reclamo ciudadano; todos a su juicio, son producto de envidias personales, responden a intereses delincuenciales o son ataques políticos en su contra. Para él la única marcha válida en cuatro años fue la que a su favor organizó su hijastro.

Ahí radica el problema de fondo en el estado: el jefe del ejecutivo es un hombre arrogante y sin autocrítica que sólo acepta lo que le conviene y no permite que una voz discordante le contradiga. Hombre surgido de la izquierda y de la lucha social, paradójicamente Graco es un gobernante que no acepta el valor de la lucha ciudadana ni da valor a las demandas de la gente. Ni Jorge Carrillo Olea o Sergio Estrada Cajigal fueron tan obstinados como él.

Esa rencorosa actitud personal y ese error de cálculo institucional es lo que tiene hoy al gobierno de Morelos en el peor momento de su historia. Durante cuatro años Graco se burló de sus críticos, avasalló a las voces discordantes y dio la espalda al dolor de quienes fueron víctimas de la violencia. Para el tabasqueño no hay imperfecciones en su gobierno: su actuar es sinónimo de pureza y todos los que opinan lo contrario son delincuentes, opositores o quieren dinero. 

Hoy la suma de errores y rencores alcanzó al gobernador: ciudadanos, maestros, campesinos, universitarios, médicos, abogados, víctimas de la violencia… son muchos los frentes abiertos por esta administración y nula su capacidad de diálogo y operación política. Para evitar la crítica el gobernador se ha ausentado del estado mientras que sus operadores políticos trolean a las voces críticas del gobierno. Así actúa la nueva visión.

Ante la tormenta ciudadana la reacción del gobierno neovisionista es terrible:  en lugar de abrir canales de diálogo y conciliación, endurecen la postura y en vez de buscar puntos de acuerdo, arrecian los ataques contra sus críticos. De lo que esta administración no se ha dado cuenta es que la ventaja estratégica ya no está de su lado, la gente ya se cansó y los lastimados por este régimen se han unido para formar un frente común; ítem más: el gobierno federal comienza a marcar distancia de Graco. El perredista ha ofendido y lastimado tanto a la gente, que los inconformes ya no tienen nada que perder en su lucha; eso es políticamente muy peligroso.

En algún momento pensé que esta nueva crisis podría ser la coyuntura para que Graco Ramírez replanteara el camino y redefiniera su estilo de gobernar; fue tan grande la manifestación ciudadana contra su persona y son tantos los grupos que se han definido públicamente por su salida que parecía natural que el ejecutivo buscara un cambio de estilo y estrategia para tratar de recomponer las cosas de cara al cierre de su administración. Pero no es así. 

La soberbia conduce a este gobierno: a pesar de los momentos tensos y la preocupación evidente en el rostro del perredista, la arrogancia es mayor a su instinto de supervivencia y así llegará hasta el final de sus días. 

Esta nueva crisis es mayor a cualquiera que haya tenido antes, refleja la suma de muchos grupos y personas en su contra, pero también aparece en un momento donde su fuerza política federal ha mermado y sus redes de protección política se están perdiendo. Aún así la personalidad del tabasqueño le impide recomponer el camino y aceptar que es necesario un cambio de estrategia.

Los días, las semanas y los meses que vienen serán muy duros en Morelos. No se ve por donde este gobierno pueda recomponer el rumbo, porque no existe disposición del gobernador para cambiar de actitud. Frente a la crítica y el reclamo ciudadano Graco se obstina más y permite (¿ordena?) a sus colaboradores que ataquen a sus críticos y a la gente que se manifiesta. Es el reflejo claro de un gobierno autoritario y represor.

Sin cambio de estrategia, pero sobre todo de actitud, el destino de esta administración está marcado. Los peores años para Graco y su familia apenas vienen; su futuro será similar al de Javier Duarte.

  • posdata

Políticamente hablando, lo que hoy ocurre en la entidad afecta a Graco Ramírez y a sus aspiraciones, pero también al PRD, al PRI y a los diputados locales.

Los perredistas actúan como el PRI de Jorge Carrillo Olea: defienden lo indefendible y protegen a su gobernador a sabiendas que está cometiendo muchos errores que pagará su partido. Casi veinte años después de la caída del general, el Revolucionario Institucional sigue pagando los costos de ese terrible gobierno, y lo mismo ocurrirá al PRD después de que se vaya Graco. 

El congreso también comete un gravísimo error de cálculo en esta historia: la institucionalidad que pregonan los legisladores se confunde con la burda defensa de un gobernante que a pulso se ha ganado el repudio ciudadano y con sus acciones aumenta todos los días el rencor personal en su contra. 

Hoy el congreso y sus integrantes son vistos como una parte  del gobierno de nueva visión, han perdido su autonomía y por decisión propia se han convertido en el cuerpo de seguridad política de un mandatario que agrede, lastima y ofende cotidianamente a los ciudadanos.

El futuro político de Graco Ramírez es evidente, su proyecto personal ya no tiene salvación y junto con él se irá el PRD. Pero en ese camino el PRI ha decidido sumarse al modelo graquista y convertirse en el defensor de un personaje que no es suyo, que hace años impulsó la caída de un gobernador priísta y hoy se ha cansado de vincular a su partido con la delincuencia. Los priístas en el congreso son los mejores aliados políticos del tabasqueño.

En poco más de un año (el 01 de septiembre) comienza legalmente el proceso electoral y los partidos empezarán a definir sus estrategias de cara al 2018. Los solaztequistas irán de la mano del proyecto de Graco, tratarán de vender las noblezas de esta administración y los éxitos del tabasqueño. El PRI entrará entonces en un conflicto de intereses: tendrá que ofrecer algo distinto, pero le será imposible desmarcarse de un hombre al que han protegido, avalado y ayudado. 

En Morelos el PRD y el PRI son exactamente lo mismo. 

  • nota

Así lo escribe Georgina Morett en El Financiero:

El gobierno de Graco Ramírez en Morelos ha incrementado los impuestos durante su administración en más de mil millones de pesos, respecto al anterior gobierno panista; sin embargo, ha utilizado esos recursos principalmente en gasto corriente.

Como ejemplo: en 2013, al arranque del gobierno, creció el gasto corriente en casi 154 millones de pesos, con la creación de cinco nuevas secretarías. De esta forma, pasó de mil 622 millones 385 mil pesos a mil 776 millones 222 mil pesos, además de que el gasto anual en comunicación pasó de 35 a 180 millones de pesos.

Morelos es una entidad que depende en 95 por ciento del presupuesto federal, pero en sus cuatro años de gobierno Ramírez Garrido Abreu ha introducido reformas a la Ley General de Hacienda de forma ininterrumpida.

Esta situación ha tenido impactos sobre la economía local, ya que con tanto cambio se complica la administración contable y financiera de las empresas, además de que la carga tributaria no ha sido pareja, al estar fincada en la planta productiva cautiva; hasta el momento no se ha emprendido alguna acción para incentivar la formalidad en el comercio.

Y una muestra de las dificultades para hacer negocios en Cuernavaca es el hecho de que el reporte Doing Bussines la ubica en el lugar 31 de 32 a nivel nacional, es decir, el penúltimo.

Las peores calificaciones las tiene en cumplimiento de contratos, donde ocupa el lugar 32 y en manejo de permisos de construcción, donde quedó en 31…

Durante los cuatro años de ejercicio del actual gobierno, apenas 21 por ciento del total de los ingresos propios retornó a quienes los pagaron, es decir 951 millones 662 mil pesos, vía fideicomisos, en los que participa el gobierno y los particulares o empresarios; mientras que el gobierno se quedó con tres mil 394 millones 734 mil pesos. 

De esta forma, el gobierno de Graco Ramírez ha contado con más recursos; aunque su dependencia del gobierno federal es total, lo importante es que los ingresos propios se vayan al gasto de inversión para que crezcan las economías estatales, ya que de lo contrario continúan endeudados y en la miseria.

Morelos arrastra un endeudamiento superior a cuatro mil millones de pesos. Tan sólo en 2014 obtuvo un crédito de Banorte y HSBC por más de dos mil 806 millones de pesos, mientras que al servicio de la deuda destina este año 653 millones 309 mil pesos.

  • post it

El cierre de semana fue intenso entre el gobierno de Morelos y la UAEM. Unos y otros sostuvieron un diálogo epistolar a través de comunicados que lanzaron a la opinión pública.

Graco Ramírez se dirigió al Consejo Universitario y solicitó diálogo; el CU respondió que el diálogo es a través de su presidente, el rector Alejandro Vera.

El gobierno ha fijado diferentes posturas a través de distintos funcionarios, ha desplegado una intensa campaña en redes sociales atacando al rector y utiliza a la pareja de un funcionario (Gustavo Martínez) para ofrecer la rectoría interina a algunos funcionarios universitarios. 

La UAEM ha emitido varios comunicados, reitera su postura y cierra filas; el rector por su lado ajusta su estrategia: deja la vocería del FAM, modera su discurso, pero insiste que en la salida de Graco Ramírez.

Hay mucho esfuerzo y horas-hombre invertidas en los dos lados de la historia, pero en ninguno hay la cordura para buscarse directamente para dialogar y tratar de desenredar un asunto que se complica cada día más y que puede volverse un detonante de problemas mayores para ambas instituciones.

La caravana de esta semana a la ciudad de México es el segundo paso del Frente Amplio Morelense, pero no será el último. La historia que vemos se escribe día a día y escala en función del desprecio del gobierno a sus críticos. 

Puede ser que a la vuelta el tiempo estos movimientos no concluyan con la expulsión de Graco Ramírez, pero es innegable que marcarán de forma definitiva al PRD y serán el primer eslabón para llevar a proceso al tabasqueño y a su familia.

Al tiempo. 

  • redes sociales

El troleo en las redes sociales contra el movimiento anti-graco es intenso. Los mensajes, los memes y los videos se multiplican por miles desde cuentas que no superan los dos dígitos de seguidores.

Este tipo de estrategias, al final, sólo sirven para mostrar la desesperación de sus promotores y para exhibir la entrega de algunos comunicadores. 

¿Todavía habrá alguien en quien influya este tipo de estrategias?

Comentarios para una columna tuitera: eolopacheco@elregional.com.mx

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