666: una cifra bíblica de muertos
Los homicidios crecieron 20.65% en relación con el mismo periodo de 2022
Mataron a 13 en Zacatecas, a 11 en Guanajuato, a 11 en Nuevo León, a 10 en Baja California, a 9 en Chihuahua, a 12 en Puebla y Morelos…
El 7 de enero de 2023 la violencia desbordada volvió a recorrer los caminos de México. La cuenta de ejecuciones y asesinatos cometidos ese día dejó en el país un saldo particularmente negro: 109 homicidios en solo 24 horas.
Con esos números, el 7 de enero ha rozado los dos días más violentos de 2022: el 1 y el 24 de mayo, con 118 y 112 homicidios registrados.
El año nuevo trajo de la mano comandos que llegaron a domicilios para ejecutar gente o que la cazaron en la vía pública, reos que masacraron a sus custodios, vendedores de droga asesinados en las calles, cuerpos desmembrados y abandonados en lugares públicos, emboscadas a militares y guardias nacionales, menores alcanzados por las balas del crimen organizado, y masacres o asesinatos masivos en pueblos, comunidades y ciudades.
En solo ocho días de 2023 el país acumuló una cifra bíblica de muertos: 666.
72 de esas muertes ocurrieron en Guanajuato, en donde a la pugna entre el Cártel Jalisco Nueva Generación y los remanentes del Cártel de Santa Rosa de Lima se agregan las fracturas internas entre los grupos criminales, lo que ha dejado una imparable escalada de violencia sobre todo en los municipios de León, Celaya y Salamanca.
54 homicidios fueron reportados en Michoacán en los primeros días del año (en un solo día mataron a 14 personas) y otros 52 fueron reportados en el Estado de México: a la mitad de esa cifra se llegó en los primeros tres días de 2023.
Baja California fue la cuarta entidad con mayor número de víctimas por homicidio doloso en los días iniciales de 2023: 50 muertes se registraron en el arranque de año.
El estado había terminado el 2022 en el segundo lugar nacional de esta estadística negra. La oleada sangrienta que ha dejado más de 12 mil fallecimientos durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador arrojó 50 homicidios en el lapso referido.
Zacatecas, con 41 homicidios, fue nota nacional casi diariamente: solo el 7 de enero se reportaron 13 homicidios en la entidad.
Jalisco es otro de los estados en donde la sangre corrió a borbotones: 40 asesinatos en ocho días. La entidad había cerrado 2022 entre los cinco estados que concentraron 42% de los homicidios dolosos cometidos en México.
La detención el mes pasado, en Tlajomulco de Zúñiga, de Antonio Oseguera Cervantes, hermano de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, elevó las cifras de violencia en el estado y ha dejado tras de sí una marcada oleada de sangre cuyo saldo fue de 27 homicidios en menos de 72 horas.
Nuevo León y Morelos figuran también en el top de la violencia. Cada una de estas entidades aportó 34 fallecimientos durante los primeros ocho días de 2023.
A la lista se debe agregar Guerrero, en donde el último mes de 2022 se reportaron 98 homicidios (22 más que el mes anterior), en donde a lo largo de 2022 los asesinatos registraron un alza de 53% en la capital del estado, y en donde estallaron sin freno matanzas, masacres y enfrentamientos —y también el desplazamiento forzado de cientos de habitantes.
En Guerrero, donde se habían reportado 31 homicidios en la semana inicial del año, aparecieron ya los primos cinco cuerpos desmembrados y metidos en bolsas negras de plástico, bajo un puente de la carretera México-Acapulco, al lado de un Ibiza completamente calcinado.
Estos datos proceden del reporte diario de homicidios dolosos ofrecido por el gobierno federal a partir de la información generada por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, por la Sedena, la Semar y la FGR. Extrañamente, el gobierno no incluyó en sus cifras a los 29 muertos que dejó en Culiacán el operativo de captura de Ovidio Guzmán, realizado el pasado 5 de enero.
A pesar de esa misteriosa omisión, los datos presentados por el gobierno de AMLO indican que en los primeros ocho días de 2023 los homicidios crecieron 20.65% en relación con el mismo periodo de 2022, por lo que el año empieza bíblicamente o, mejor dicho, apocalípticamente.