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ESTRATEGIAS

¿Quién mató a Lucio Ruiz?

 

En un estado en el que el 60 por ciento del territorio es comunal o ejidal, ostentar la representación de la autoridad en esa materia siempre ha sido considerado una ocupación de alto riesgo. Desafortunadamente, se ha vuelto común que comisariados ejidales o comunales sean asesinados por disputas internas o por estorbar a los fraccionadores poderosos, siendo el último de ellos Lucio Ruiz, presidente de Bienes Comunales de Santa María Ahuacatitlán.

De acuerdo a informes policiacos, los hechos ocurrieron ayer martes pasadas las 8:00 horas en la entrada de las oficinas de Bienes Comunales, situadas sobre la carretera federal México-Cuernavaca, cuando hombres armados se aproximaron y dispararon a quemarropa contra el líder comunal.

Personas que se encontraban en las inmediaciones trataron de auxiliarlo y dieron parte a las autoridades. Sin embargo, para cuando arribaron los cuerpos de emergencia Lucio había perdido la vida.

Al lugar acudieron Agentes de Investigación de la Fiscalía General del Estado de Morelos para realizar el aseguramiento de la zona y personal del Servicio Médico Forense (SEMEFO) para realizar el levantamiento correspondiente.

De acuerdo a versiones extraoficiales, Lucio habría sido blanco de amenazas por integrantes de un grupo delictivo que opera en la zona para obligarlo a concretar despojo de tierras.

Desde hace varios años, este poblado figura dentro del semáforo rojo en el mapa delictivo y de acuerdo a recientes declaraciones de Alicia Vázquez Luna, titular de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano de Cuernavaca, operan varios grupos delincuenciales.

Esta no es la primera ocasión que integrantes de Bienes Comunales son blancos de ataques, amenazas o asesinatos y además en el último año han ocurrido homicidios de personas a plena luz del día.

Un ejemplo claro fue el caso de Héctor Soto Rodríguez, abogado agrarista, que fue asesinado en abril del año pasado a unos metros del Centro de Salud, situado justo frente a Bienes Comunales.

Santa María Ahuacatitlán es un poblado asentado en tierras comunales y ejidales, conserva una gran parte del territorio dentro de la franja de la zona natural protegida conocida como el Corredor Biológico Chichinautzin.

Sin embargo, otra de las versiones que cobran fuerza tras las declaraciones del presidente municipal de Cuernavaca José Luis Uriostegui Salgado, es que este asesinato podría tener relación con alguna venganza.

“Este asesinato ocurre por disparo de arma de fuego que se da, a través de una ventana, eso refiere que es un móvil específico y que no tendría que ver con una ejecución por parte del crimen organizado, sino un móvil de carácter personal”, dijo al ser entrevistado por diversos medios de comunicación.

Sin embargo, tampoco descartó que pueda estar involucrado algún grupo delincuencial que persiga otros fines. “Es una violencia generalizada por grupos que se disputan los territorios, pero hay otro tipo de violencia que es causada por aquellos delincuentes que van sobre un objetivo específico y en esos el móvil es distinto”, apuntó.

Urióstegui conoce muy bien la comunidad de Santa María Ahuacatitlán. En sus tres campañas en busca de la presidencia municipal ha recorrido ampliamente la zona y conoce perfectamente a sus pobladores. De hecho, cuando Urióstegui Salgado fue director de la Policía Municipal de Cuernavaca en 1997, el inmueble que hoy alberga las oficinas de Bienes Comunales era un cuartel de esa corporación.

Hasta hace un año la Asamblea de Bienes Comunales permitió que se instalará una sede de la Fiscalía General Estatal (FGE) pero en mayo del año pasado la solicitaron para darle otros usos.

El asesinato de Lucio nos hace recordar una nota que publicamos el 9 de junio de 1992 en El Universal Morelos. Se tituló “Devastan taladores y comerciantes de tierra de monte 4 parajes de Ocotepec”.

La nota en cuestión decía que el presidente del Comisariado de Bienes Comunales del poblado de Ocotepec, Sabino Díaz, denunció que los parajes de El Fresno, Piedra Larga, el Capulín y Tlalchichilco son devastados por los taladores y comerciantes de tierra de monte, por lo que urge la intervención de las autoridades correspondientes.

Tenemos bien presente ese día, cuando entrevistamos al líder comunal en los pasillos del Palacio de Gobierno en tiempos de Antonio Rivapalacio López. Sabino Díaz había tomado posesión de su cargo como presidente de Bienes Comunales apenas el 5 de junio de ese año en sustitución de Luis Reyes.

“Dijo que el problema de la tala de árboles y el robo de la hoja de monte es grave, ya que están acabando con la poca vegetación que le queda a Ocotepec, un poblado que está casi totalmente urbanizado”, decía la nota escrita por este columnista a la edad de 22 años.

“Señaló que en estos días, acompañado por los comuneros que representa, realizará un recorrido por los parajes mencionados para cuantificar el número de árboles cortados por los taladores con el fin de dar parte a las autoridades correspondientes, sobre todo porque ya se tienen identificados a los depredadores que pertenecen a los pobladores de Coajumulco y Huitzilac”, decía la nota publicada también en la sección Estados de El Universal.

“Dijo que nunca nadie ha tomado cartas en el asunto porque presumiblemente el anterior representante de Bienes Comunales de Ocotepec, Luis Reyes, estaba coludido con los talamontes, de tal manera que nunca los denunció, ´pero ahora será una de las primeras medidas que tomaremos´, añadió”.

Nunca sabremos qué tanto influyó esa nota publicada en uno de los periódicos más importantes del país, lo cierto es que Sabino Díaz fue asesinado a balazos unos días después, antes de que pudiera hacer las denuncias que había prometido. Su crimen nunca fue aclarado por la Procuraduría de Justicia.

Esperemos que no ocurra lo mismo con el homicidio de Lucio Ruiz, quien corrió la misma suerte que su similar de Ocotepec, casi 31 años después.

HASTA MAÑANA.

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