Para la de Morelos, cuyas patólogas realizaron la necropsia, lo que motivó el deceso fue “broncoaspiración” derivada de una “intoxicación etílica”.
Es de celebrarse que la federal sea una interpretación de salva porque, si fuera no solo vinculante sino contraria a la de CdMx, tanto la fiscal Ernestina Godoy como sus peritos estarían bajo el sospechosismo en que, sin argumentación científica, Claudia Sheinbaum insiste en colocar al de Morelos, Uriel Carmona Gándara.
Sorprende la discrepancia entre las autoridades de ambas entidades, pero no su explotación política desde que la presidenciable jefa de Gobierno le imputó a Carmona dolo y mala fe para dizque “encubrir” un “feminicidio”.
A menos de que al aludido se le pruebe una relación personal o de negocios para sustentar una eventual complicidad con el miserable de cuyo departamento sacó el cuerpo para irlo a tirar por La Pera en la carretera México-Cuernavaca, ¿qué interés pudiera tener en retorcer la razón de la muerte que determinaron sus médicas forenses?
Ese fiscal nada tiene que ver con la investigación del caso que lleva la fiscalía capitalina.
La única participación de sus patólogas fue practicar la necropsia de ley al cadáver.
Son tan serios los señalamientos en su contra que, de ser verdad, ameritarían una investigación ministerial para descubrir los lazos que Carmona y/o su servicio forense pudieran tener con la nefasta pareja de “amigos” que manipuló el cuerpo inerte de Ariadna Fernanda.
A diferencia de los forenses de las fiscalías coincidentes, las doctoras de Morelos han argumentado en detalle lo que hallaron en el cadáver, incluidos los efectos de los golpes que, en su opinión, de ninguna manera dañaron órganos internos vitales.
El conflicto de fondo es el pleito que el gobernador Cuauhtémoc Blanco se trae con el fiscal de su entidad, claramente independiente, y el hecho de que el inexplicable mandatario es devoto contlapache del cuatroteísmo.
Hasta dónde llegará la inquina del gobierno de CdMx contra Carmona que le oculta la información precisa de su análisis, y ayer tuvo que intervenir la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Morelos para volver a solicitar al Instituto de Servicios Periciales y Ciencias Forenses del Tribunal Superior de Justicia capitalino “remita el dictamen completo” de su misterioso, vergonzante o inconfesable estudio.
Sobre las opiniones discrepantes de sus conclusiones, el fiscal de Morelos le dijo a Pepe Cárdenas:
“No sabemos en qué se están sustentando para sostener su afirmación. En todo caso, a quien le corresponde decidir qué necropsia es la que debe de prevalecer o quién tiene la razón, no le corresponde a otra fiscalía (la capitalina o la FGR), sino al juez penal que conoce de la causa que se está desahogando por el delito de “feminicidio…”.
Carlos Marín