El 24 de enero fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas como el Día Internacional de la Educación, para celebrar y reconocer el papel que la educación desempeña en la paz y el desarrollo.
Es un buen día, me parece, para formularse un conjunto de preguntas en relación al estado que guarda nuestro Sistema Educativo Nacional.
Debo señalar que la educación siempre ha sido objeto de disputas y confrontaciones ideológicas por su control, para determinar que se debe enseñar o que no en los salones de clase, con el propósito de que sus egresados respondan en su formación a un interés del estado mexicano y al sector empleador, es decir, se forma para el trabajo y para el servicio y control del aparato del Estado. Mucho se puede discutir y hablar de las bondades y fines de la educación, pero hay preguntas vitales como las siguientes: ¿Qué piensan los padres de familia de la educación que están recibiendo sus hijos en los niveles de primaria, secundaria, preparatoria y de licenciatura? ¿Sí están satisfechos con los resultados, con los maestros, con las escuelas? ¿Sí realmente los diferentes niveles están contribuyendo a un México mejor y lleno de oportunidades para un trabajo digno?
Porque los hechos, en mayor o menor grado, nos están demostrado que la educación atraviesa por serios problemas presupuestales, de preparación y capacitación del magisterio etc., porque los resultados de los aprendizajes de los estudiantes ni son de calidad ni son de excelencia.
Venimos de una crisis de pandemia del Covid que paralizó la vida educativa en todo México y el subsistema de educación básica fue al que más impacto tuvo y sufrió rezagos importantes, pues es la fecha que no se conoce, por parte de las autoridades educativa de la SEP, una evaluación de los daños y rezagos en los aprendizajes o abandono escolar de los 24 millones de alumnos de educación básica que son atendidos.
El discurso y las narrativas que giran en torno a las bondades de la educación, hay de chile, de dulce y de manteca. Destacaría un par: “la educación es fundamental para el desarrollo económico, social, cultural, científico y tecnológico, para erradicar la ignorancia y la pobreza” “con educación hay futuro sin ella hay pobreza e ignorancia”.
La Celebración que ha instituido la ONU en el año 2018, es un recordatorio para valorar que con educación puede haber paz y no los niveles de violencia que está padeciendo nuestro país; puede haber crecimiento, desarrollo y no pobreza, rezago e ignorancia. En nuestras manos esta educar mejor a nuestros hijos y exigir a las autoridades mejores resultados educativos para los que más la necesitan y carecen de conocimientos.