Las petroleras en México cerraron la llave a la inversión en 2022. El gasto dirigido a los proyectos de exploración y extracción de hidrocarburos sumaron el año pasado 1.621 millones de dólares, su peor nivel desde 2018, cuando el desembolso de las empresas petroleras en el país fue de 1.271 millones de dólares, de acuerdo con la Comisión Nacional de Hidrocarburos. Desde la paraestatal Pemex, hasta las internacionales Hokchi Energy, Shell o Repsol decidieron disminuir su capital en comparación a años previos. Esta cifra supone la más baja de la Administración actual luego de que en 2020 se alcanzara un pico máximo de más de 3.300 millones de dólares. La paraestatal Pemex invirtió unos 429 millones de dólares, liderando la lista del año pasado; en segundo lugar, se ubicó la petrolera estadounidense Fieldwood Energy con 341,5 millones de dólares, seguida de ENI México, la subsidiaria de la compañía italiana Ente Nationale Idrocarburi con 272,8 millones de dólares en inversión.
Tanto la petrolera estatal como las privadas registraron inversiones por debajo de sus expectativas iniciales. En el caso de Pemex —la más endeudada del mundo con más de 105.000 millones de dólares en pasivos—la Comisión Nacional de Hidrocarburos le había aprobado inversiones por más de 1.000 millones de dólares en 2022, pero terminó invirtiendo menos de la mitad, 429 millones de dólares, un 7,7% por debajo de lo que registró en 2021.
La sequía de capital también se registró en el ámbito privado. En 2022, la treintena de compañías con algún proyecto de hidrocarburos en México recibió la autorización por parte de la CNH para fondear proyectos hasta por 3.000 millones de dólares en 2022, sin embargo, al cierre de diciembre la realidad fue inferior a estas expectativas: 1.192 millones de dólares.
Luis Miguel Labardini, experto en energía, explica que en el caso de las inversiones privadas, aunque las empresas sí se han beneficiado de los altos precios del crudo y prueba de ello se ve en las utilidades de sus estados financieros, esto aún no se vislumbra en los flujos de efectivo internos. En el caso de las empresas prestadoras de servicios petroleros, añade, en 2022 se observó que estas firmas ya no se están dando abasto y han empezado a subir sus tarifas, encareciendo los proyectos de inversión. “Las empresas petroleras siguen apostando a México, el Gobierno está respetando los 110 contratos privados y yo creo que esa inversión privada se va a recuperar este año”, comenta el socio del despacho Marcos y Asociados.
No obstante, Labardini puntualiza que para Pemex el horizonte se vislumbra distinto. “En este momento, la Secretaría de Hacienda y Pemex están negociando los apoyos que recibirá la petrolera y se van a necesitar más trasferencias del Gobierno federal y un recorte y modificaciones del calendario de pagos del derecho de utilidad compartida”, señala.
La Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos (Amexhi) —que representa al sector petrolero privado en el país— ha explicado previamente por escrito que el desfase entre la inversión aprobada observada en meses anteriores se debió a varios factores como la pandemia, las eficiencias que reducen los costes de operación y los distintos proyectos de exploración y producción están en diferentes etapas de ejecución y cada uno tiene un plazo diferente para ejecutar las inversiones.