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EL ASALTO A LA RAZÓN

Un voto patito colado entre once

 

Por mucho que lleguen a sumar los recursos de inconstitucionalidad y controversias constitucionales contra las leyes que descuartizan al INE, lo que decidirá su destino será el voto de al menos ocho de los once ministros de la Suprema Corte, pues las inconformidades deberán resolverse por mayoría calificada, equivalente o superior a dos tercios del Pleno.

Bastarán cuatro a favor del demoledor plan B para que la legislación impuesta por las mayorías morenistas y morenianas norme las elecciones federales, estatales, municipales y legislativas de 2024 y el cuatroteísmo las manipule a su antojo.

Para documentar el pesimismo, recuérdese que son cuatro los ministros que alcanzaron este rango por iniciativa de Andrés Manuel López Obrador: Juan Luis González Alcántara (2018), Margarita Ríos-Farjat (2019), Yasmín Esquivel (2019) y Loretta Ortiz Ahlf (2021), y que las dos últimas suelen votar en apoyo de las iniciativas presidenciales, mientras los primeros dos han demostrado tomar más en serio su papel de velar por la Constitución antes que complacer a su camarada promotor. 

A pesar de sus dispares desempeños, el cuarteto fue descalificado hace dos meses por AMLO. 

“Dije: voy a tener oportunidad de proponer a ministros —hice mi cuenta, más los que estén ahí, decentes—, pues puede ser que logremos tener mayoría, no para que me apoyen en abusos, sino para reformar el Poder Judicial y que realmente haya justicia en México. Y ¿qué creen? ¡Me equivoqué!, porque hice las propuestas pero, ya una vez que propuse, ya por el cargo, o porque cambiaron de parecer, ya no están pensando en el proyecto de transformación y en hacer justicia”, dijo López Obrador en su mañanera del 2 de septiembre.

Si los cuatro perdieron la confianza del Presidente, no sorprenderá que Esquivel y Ortiz apoyen los engendros ni que González Alcántara y Ríos-Farjat reconozcan violaciones tan claras como la desaparición de la Secretaría Ejecutiva del INE (aunque el artículo 41 de la Constitución ordena que su titular sea “nombrado con el voto de las dos terceras partes del Consejo General, a propuesta de su presidente”). (¿Algún gobierno pretendería que en la UNAM desaparezca la Secretaría de la Rectoría o la oficina del abogado general?).

Cabe prever que el atentado sea rechazado por nueve, aunque hay quien supone que Arturo Zaldívar, por ser el ministro más cercano a López Obrador, votará por el plan B y el resultado quedaría ocho a tres.

Inclusive si Yasmín Esquivel diera la sorpresa de votar contra las reformas, el sufragio que emita será, virtualmente, patito. Impensable suponerlo admisible porque no solo plagió una tesis para titularse como licenciada en la UNAM, sino también se fusiló casi la mitad de la que presentó en la Anáhuac para graduarse de doctora en Derecho.

Durante su carrera profesional, su opinión jurídica tuvo y tiene el valor ético de cualquier fraude, porque sus documentos académicos constituyen una variante de los que pueden comprarse en el portal de Santo Domingo.

cmarin@milenio.com

Ámbito: 
Nacional