El ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea no merecía ser exhibido en Palacio Nacional como alguien que en funciones de presidente del Poder Judicial federal “vigilaba” el trabajo de los jueces.
La insinuación es agraviante.
Deplorando resoluciones que lo contrarían por considerarlas dirigidas contra su gobierno, el presidente López Obrador se fue sobre la nueva titular del PJF, Norma Lucía Piña Hernández, en términos que atentan contra la republicana y constitucional separación de poderes:
“Ahora que llegó la nueva ministra declara, en un formalismo extremo, como si fuesen omnímodos los jueces, que son autónomos, que pueden hacer lo que quieran. Y apenas llegó la nueva presidenta y se desata una ola de resoluciones a favor de presuntos delincuentes”, afirmó.
Omnímodo, sin embargo, es un adjetivo que alude al poder: el poder omnímodo es ilimitado, no tiene contrapesos, y quien lo ejerce impone su voluntad sin responsabilizarse de las consecuencias.
De ninguna manera el Poder Judicial es omnímodo. Su función es, precisamente, la de contrapeso de los otros dos Poderes de la Unión.
El caso es que AMLO, por darle al violín, le dio al violón:
“Antes, cuando estaba el ministro Arturo Zaldívar, había un poquito más de vigilancia sobre los jueces. Se les respetaba su autonomía, pero vigilaban, del Consejo de la Judicatura, que esa es su función, vigilar el recto proceder de jueces, de magistrados, de ministros...”.
Las referencias a Piña y Zaldívar ni al caso venían porque lo que se le había preguntado fue: “Sobre el tema del ex gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca. Ayer se dio a conocer que un juez le concedió un amparo que cancela, deja sin efecto la orden de aprehensión que tenía en su contra”.
El Presidente respondió:
“Bueno, es parte de la decadencia del Poder Judicial, no se ha podido reformar ese poder que viene del antiguo régimen y está infectado, plagado de corrupción. Es un Poder Judicial que se fue construyendo para proteger a corruptos y a las élites del poder económico y del poder político en nuestro país. Entonces por eso esos amparos constantes”.
Alguien debiera informarle que son varios los pasos y recursos legales para lograr, eventualmente, que el Consejo de la Judicatura investigue y sancione, administrativa o penalmente a juezas o jueces, magistradas o magistrados, ministras o ministros que cometan fregaderas.
Para peor: el desatino presidencial coincide con un desmentido judicial de facto, pues el mismo día del amparo a García Cabeza de Vaca, en otro asunto, una jueza favoreció a la plagiaria que López Obrador impulsó sin éxito a la presidencia del Poder Judicial, Yasmín Esquivel, concediéndole la suspensión definitiva mientras se resuelve el juicio de amparo que promovió la señora para amordazar a la “neoliberal” UNAM.
El par de juzgadores independientes que ampararon al ex gobernador y a la falsaria, pues, trabajan en el poder que el Presidente juzga decadente y corrupto…”.
Carlos Marín