El subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio (Papantla, 1976), es optimista sobre el horizonte económico de México en 2023. A pesar de las presiones inflacionarias —el aumento de precios se situó en 7,76% en la primera quincena de febrero— y de la última decisión del Banco de México de elevar en 50 puntos base la tasa de interés para llegar al 11%, el funcionario federal refiere que existen factores alentadores externos y al interior de la economía mexicana para preveer que el Producto Interno Bruto igualará el crecimiento con el que cerró el año pasado del 3,1%. Con una trayectoria que va desde la Secretaría de Finanzas del Gobierno de la Ciudad de México hasta los pasillos del Banco Mundial, el economista asegura que la estabilidad económica y social del país está siendo reconocida con un mayor apetito de inversiones aunado a otras fortalezas internas como la reactivación de la industria, la construcción y el sector de los servicos tras la pandemia. Lejos del fantasma de una recesión en EE UU, Yorio ahonda sobre el fenómeno del nearshoring, el crecimiento en el flujo de las remesas y la continuidad de dos de los ejes de este Gobierno de López Obrador en materia económica: el subsidio en el precio de los combustibles para conjurar los llamados gasolinazos y los distintos apoyos, directos e indirectos, para sanear las finanzas de Pemex, la petrolera más endeudada del mundo, cuyos pasivos ascidenden a unos 107.000 millones de dólares.
Pregunta. ¿Qué perspectiva tiene de 2023 a partir de las cifras que reportó Hacienda en enero donde sobresalen mayores ingresos tributarios y petroleros?
Respuesta. El año empezó bastante bien. Vino muy bien la recaudación, tanto para el cierre del año anterior como para este año, la recaudación está en línea con lo autorizado por el Congreso. Hace ocho o 10 meses, más o menos, desde la Secretaría de Hacienda habíamos identificado algunas variables que ya reflejaban que había movimientos de relocalización de empresas en los enclaves industriales o manufactureros de México, e información de inversión extranjera directa. Pero al mismo tiempo, también la información sobre todo de consumo y de empleo en el país venían bastante bien, igual que el sector exportador y todo eso nos llevaba a pensar que el crecimiento iba a ser mayor a lo esperado, entonces, resultó en 3,1% con la última revisión que hizo el Producto Interno Bruto, y eso genera también una base de crecimiento diferente para el 2023. El crecimiento para este año lo estamos viendo en esta misma tónica. Hay una percepción más positiva de la economía y por eso creemos que el desempeño económico de este año va a ser muy parecido al del año anterior.
P. ¿Y cómo podemos entender la diferencia que hace el Banco de México que prevé un crecimiento económico de apenas 1,6% para 2023?
R. No conozco los modelos del Banco central, yo participo en la Junta Monetaria y como miembro de la Junta recibo la lectura económica que hace el equipo técnico del Banco central y son bastante buenos y profesionales, yo creo que no es un tema del Banco central. En algunos modelos macroeconómicos están suponiendo una desaceleración o una recesión de EE UU y eso es lo que los lleva a que sus modelos tengan crecimientos más bajos, pero Estados Unidos no está entrando en una recesión. Ahora, los riesgos de recesión de Estados Unidos se desplazaron tres trimestres. La mayor parte del mercado está esperando que la potencial recesión pudiera suceder en el último trimestre de este año o a principios del siguiente año. Eso genera una mayor fortaleza para el crecimiento económico entre Estados Unidos y México.
P. ¿Hacienda no anticipa una recesión de EE UU en 2023?
R. Nosotros no estamos observando indicios de una recesión ni en Estados Unidos ni en México. La narrativa de los analistas ha cambiado de una recesión al famoso soft landing, a un aterrizaje más suave, pero lo sorprendente ahora es que hay otro grupo de analistas que ya no habla del soft landing, sino que habla de un riesgo de reaceleración en la economía norteamericana. Nosotros somos más conservadores, nos vamos a mantener en nuestro marco macroeconómico, pensamos que el crecimiento va a estar cerca del 3%.
P. ¿Cuáles son los pilares que sustentan la expectativa del crecimiento del PIB del 3% en México este año?
R. Yo resaltaría la estabilidad: la estabilidad financiera y económica y la estabilidad social. México se está distinguiendo y lo estamos viendo, de hecho, en el tipo de cambio, el tipo de cambio se está apreciando de manera consistente y sostenida, y esto tiene que ver con la percepción de los fundamentales económicos de México. Esa percepción está atrayendo inversiones, no solamente del sector privado, sino también inversiones financieras, esto lo estamos viendo a través de los flujos financieros al país, por ejemplo, los flujos de remesas, los flujos de inversión extranjera directa. Ahora, internamente, se está viendo un mayor consumo, mayor empleo y estamos viendo, también, un incremento en la construcción, la manufactura, el sector automotriz y una recuperación acelerada en el sector de servicios tras el covid.
P. ¿En qué medida el nearshoring se está consolidando en el país?
R. Ha habido un incremento significativo de las empresas que han expresado interés en explorar su potencial relocalización hacia México. Cuando menos, hay cerca de 200 empresas analizando de manera activa moverse al país, esa es información de inteligencia de información que nos han dado los bancos. Eso es lo que creo que va a dar mayor dinamismo al crecimiento económico del país.
P. Todas estas variables también explican el tipo de cambio fuerte de 18 pesos por dólar...
R. Sí, sin duda. Lo que más explica que el tipo de cambio esté al nivel actual es la estabilidad financiera, la estabilidad económica y la estabilidad social. Los flujos comerciales se han mantenido estables, la exportación está creciendo, pero también la importación y eso implica que cada vez más personas quieren comprar productos mexicanos o queremos nosotros comprar productos para hacer ensamblaje en México.
P. Algunos analistas afirman que el tipo de cambio fuerte es un arma de doble filo porque beneficia a algunos sectores, pero perjudica a otros, por ejemplo, a los exportadores.
R. No hemos visto todavía que perjudique a ningún sector. Muchos de los actores del sector exportador están más integrados a la cadena de valor internacional y tienen sus contratos en dólares. De hecho, nos hemos reunido con empresas exportadoras y no nos han expresado que tengan un problema con el nivel de tipo de cambio, porque han aprendido a cubrirse.
P. En un entorno de altas tasas de interés, el costo financiero de la deuda aumentó en enero 37% para rebasar los 87.997 millones de pesos ¿cómo enfrentará Hacienda el desafío de este encarecimiento?
R. El servicio financiero del país se ha incrementado, pero se ha incrementado menos que en otros episodios de ajuste monetario, por ejemplo, que en 2009. ¿Por qué? Porque hicimos refinanciamientos muy agresivos entre 2020 y 2021 cuando teníamos un ambiente de tasas bajas, entonces refinanciamos cerca de 10.000 millones de dólares en los mercados internacionales, más todo lo que refinanciamos aquí en el mercado local. Y luego expandimos nuestros programas de coberturas petroleras, esto nos permite cubrir otras variables del presupuesto, esto nos permite blindar o mitigar el impacto que se tuvo por tasas.
P. Pero aún así, ¿si el Banco de México sigue subiendo la tasa de interés cuánto estima que se encarecería el costo financiero de la deuda este año?
R. La sensibilidad que tenemos por 100 puntos base se sube cerca de 30.000 millones de pesos. Entonces si de 10,5% se sube a 11,5% que es de lo que ahora se habla serían unos 30.000 millones de pesos, porque ya se incorporan las estrategias que hemos hecho para contener el impacto, eso nos presionaría el costo financiero, pero también ya estamos cerca de terminar el ciclo de ajuste de tasas, yo creo, mi lectura es que estamos cerca del tope.
P. Si las tasas siguen subiendo y por ende, el costo financiero de la deuda se eleva ¿Hacienda considera ajustes sobre el gasto?
R. No, en este momento, no avizoramos ninguna necesidad de ajustes en el lado del gasto.
P. ¿Continuarán este año con los subsidios a las gasolinas para contener la inflación?
R. El año pasado canalizamos cerca de 400.000 millones de pesos, que es el monto del IEPS (Impuesto Especial sobre Producción y Servicios) que se dejó de recaudar y aparte tuvimos que dar un estímulo complementario. Esto se complementó con, más o menos, cerca de 300.000 millones de pesos de ingresos adicionales de petróleo, entonces ahí tenemos casi una cobertura uno a uno. En 2023, el precio de la gasolina va a seguir todavía controlado, vamos a seguir otorgando subsidios, siempre y cuando el precio de la gasolina esté por arriba del precio ancla, pero no tan dramático como en 2022, ahora va a haber subsidios, pero vamos a tener recaudación del IEPS. Este año estimamos recaudar 320.000 millones de pesos con un precio del petróleo de 68 dólares por barril. Un compromiso del presidente López Obrador es mantener el precio de las gasolinas anclado, sin altas variaciones, y evitar dar bandazos que puedan ser interpretados como un gasolinazo.
P. ¿Cómo ayudará Hacienda este año a reflotar las finanzas de Pemex?
R. Nosotros siempre estamos en comunicación con Pemex, independientemente de que tengan que pagar 8.000 millones de dólares o no, siempre estamos en comunicación con ellos y hay diversas formas de ayudar a Pemex o de darle apoyos, no necesariamente tiene que ser a través de una capitalización. Entre 2019 y 2022 más o menos, hemos canalizado de manera directa apoyos por cerca de 35.000 millones de dólares y si sumamos de manera indirecta llegaría a 45.000 millones de dólares.
P. Solo en capitalizaciones, ¿cuánto ha aportado la Secretaría de Hacienda a la paraestatal?
R. Hicimos cerca de 10.000 millones de dólares en capitalizaciones para deuda, pero además se hicieron capitalizaciones para la construcción de la Refinería Olmeca. Entonces, hacia 2023 podemos hacer una mezcla de todas estas medidas, excepto la reducción del DUC (Derecho de Utilidad Compartida), la del DUC ya se va a quedar ahí, en 40%, pero no necesariamente van a ver una capitalización o una capitalización en días previos a que se tenga que hacer un pago de dinero, más bien, les ayudamos a manejar la liquidez de manera coordinada y esta Administración es la que más ha apoyado a Pemex y lo vamos a seguir haciendo en la medida en la que Pemex lo necesite.
Actualmente, Pemex está enfrentando un precio del petróleo alto, de cerca de 69 dólares por barril, inclusive, ahora con la reapertura de la economía china, es muy probable que la demanda de petróleo aumente y el precio se mantenga alto, eso les da flujo de efectivo a la empresa, al grado que ellos puedan hacer frente a algunos compromisos de manera directa y nosotros podemos utilizar una de estas mezclas de herramientas para poderles dar mayor apoyo y mayor manejo de liquidez.
P. Desde Hacienda, ¿tienen alguna meta de reducción de deuda de Pemex en esta Administración?
R. La deuda ha bajado 10.000 millones de dólares que es la capitalización que le hemos dado, estaba en 115.000 millones y ya está en cerca de 106.000 millones de dólares. Pemex ya ancló su plataforma de producción, lo que tienen que buscar es incrementar la producción y nosotros tratar de ayudarles a mantener la deuda anclada en ese nivel, de tal manera que puedan, con el tiempo, de manera gradual, solventar los retos financieros que están enfrentando.