El odio es contagioso. Y por eso.
Florestán
El asesinato de dos estadunidenses el viernes en Matamoros, Tamaulipas, da una dimensión del peso que tiene un par de homicidios por el hecho de que las víctimas son estadunidenses, cuando en lo que va del gobierno del presidente López Obrador desde el 1 de diciembre de 2018 se han cometido 148 mil 186 asesinatos dolosos, y como si nada. La mayoría sin resolver.
El gobierno mantiene el mismo discurso, el Presidente niega la realidad y se aferra a un karma de abrazos y no balazos como fórmula mágica y descalifica a todos y a todo lo que no vaya en ese sentido.
Como argumento sostiene que hay una tendencia a la baja que, siendo levemente cierta, es tan delgada que no alcanza a reducirla notablemente cuando se habla de decenas de miles de homicidios dolosos en los 51 meses de su gobierno y que apunta a superar los totales de sus antecesores, incluido el sexenio de Enrique Peña Nieto, el máximo, con 156 mil, barrera que rebasará en tres meses y llevará su proyección por encima de los 210 mil para septiembre de 2024.
Estos casi 150 mil homicidios dolosos que suma el gobierno de la 4T los recupero para dar la dimensión que tiene el secuestro y muerte de estos ciudadanos estadunidenses, que llevó el par de asesinatos a la atención central de la Casa Blanca, el Congreso de Estados Unidos, los departamentos de Justicia y Estado, los medios todos, dando pie a delirantes, e inaceptables, amenazas de intervenir militarmente en México y declarar a los cárteles del crimen organizado, que tienen una parte que sí lo son, como organizaciones terroristas.
La reacción más cercana le llegó a López Obrador el lunes cuando recibió al embajador Ken Salazar, sin que se diera versión oficial del encuentro que, en realidad, fue para transmitirle la crisis que enfrentaba con su gobierno por este caso de Matamoros.
No obstante el silencio oficial, Salazar insistió en su cuenta de Twitter para hacer público lo que habían sellado como secreto: la dura declaración de Washington por la violencia en el gobierno de López Obrador y la vulnerabilidad de los estadunidenses en nuestro país.
Como adelanto, el diplomático escribió: este ataque contra nuestros ciudadanos demuestra la imperante necesidad de actuar contra los cárteles.
Y agregó, bueno, reiteró porque ya lo había dicho, que Tamaulipas representa un riesgo por los altos niveles de criminalidad y violencia.
El hecho es que por tratarse del secuestro de cuatro ciudadanos estadunidenses, dos vivos y dos muertos, todo se resolvió en menos de 48 horas, y reunió de emergencia a todo el gabinete de seguridad en pleno.
Si existiera esa eficiencia para los asesinatos de los mexicanos, no estaríamos por llegar a las 150 mil víctimas en lo que va del gobierno.
Y reitero, la mayoría en la impunidad.
@lopezdoriga
lopezdoriga.com