La ex funcionaria panista antes de fallecer compartió audios donde narra las amenazas laborales que ejercía Carrillo sobre ella
Cercano al alcalde. Carrillo y el alcalde José Luis Urióstegui mantienen una estrecha relación.
En conversaciones que quedaron grabadas en audio, Érika N, evidenció -antes de morir- que ya no tenía una relación sentimental con el regidor Fernando Carrillo Alvarado, quien intentó librarse de las sospechas que pesan sobre él por el supuesto suicidio de la joven con la publicación en su perfil de Facebook de un “sentido” mensaje de despedida en el que derrochó “amor” por la joven y le dice que la va a extrañar mucho.
En dicho mensaje, en poder de Diario de Morelos, grabado el viernes anterior a su deceso, Érica cuenta a un amigo o familiar al otro lado de la línea, los pormenores de la noche del jueves anterior durante la inauguración del bar “Neón”, presuntamente propiedad del regidor; reitera que su relación terminó y habla de los planes inmediatos que tenía para su vida, como, por ejemplo, cambiarse de casa y compartir más tiempo con sus hijos. También hace alusión a la intención de Fernando Carrillo de cesarla del cargo de asistente particular que tenía en la regiduría.
Este audio y otras evidencias, fueron rescatadas por la familia de la joven, quien no está conforme con la versión del suicidio y demandará a la Fiscalía General de Justicia que agote todas las líneas de investigación porque desea que el caso no quede en el olvido y bajo sospecha de impunidad.
Alrededor de las dos de la madrugada del viernes 24, Érika le dice a su interlocutor que se fue a su casa, cansada de la mala actitud de Fernando, y una hora después leyó sus mensajes en WhatsApp en los que le reclamaba andar con otra persona, tras haber terminado su relación con él, días atrás. La riña inició.
-¡Piensa lo que quieras! Le habría dicho ella, según el relato, y él le reviró con -Entonces ya vete de mi vida para siempre, porque andas conmigo por interés.
Ella seguiría defendiendo su posición en la Regiduría y Fernando amenazaría con despedirla, informándole que ese mismo viernes convocaría a todos a una junta en la que revisaría nuevos cargos y puestos y a ella le refrendaría un “yo creo que ya no me vas a acompaña a ningún lado; te quedarás en la oficina y ya no me dirijas la palabra”.
La conversación siguió y Érika platicó que estaba feliz de haber terminado la relación, porque eso le daba más tiempo de estar con sus hijos. “Es eso en lo que yo ahorita estoy enfocada y en recuperarme yo”.
“Tengo muchas cosas que tengo que trabajar por mí y para mí; quiero solucionar muchas cosas, rentar la casa y estar bien yo, (porque) lo que menos quiero es tener pedos y no me interesa”, aseguró en la conversación que sostuvo de camino de su casa a la oficina, y la que terminó señalando que más tarde platicaría cómo había estado su día, su último viernes porque durante el transcurso del lunes siguiente se conocería de su muerte, presuntamente por suicidio.