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Cuauhtémoc: Águila que desciende… y se va del Cuauhnáhuac

Cuauhtémoc Blanco se va, me dijo un entrañable amigo ligado a intereses políticos más bien federales que locales, hace tres semanas. “La próxima semana se da a conocer el contrato firmado con el PSD para ser candidato a Cuernavaca, lo darán a conocer los mismos hermanos Yañez”, aseguró. Sin embargo, al buscar corroborar este dato, alguien más me dijo: “sí, es un hecho, pero será después de la semana del 16” (de agosto, fecha en que se realizó la marcha convocada por el Frente Amplio Morelense). Pero a este último al cuestionarle si dando a conocer el contrato bastaría para que el actual presidente municipal de Cuernavaca renuncie, dado que la existencia de ese documento y parte de su contenido ya se han hecho públicos, me contesta: “si eso no basta, hay un agravante más: el de Cuernavaca es un gobierno infiltrado, y el alcalde lo sabe”.

 

La noche de este jueves en el noticiero estelar de Televisa que ahora conduce Denise Maerker, en la nota principal realizada por el reportero Joaquín Fuentes, precisamente con Julio y Roberto Yañez Moreno de protagonistas, se presenta el contrato firmado por Cuauhtémoc Blanco Bravo para ser candidato a la presidencia municipal de Cuernavaca por el PSD a cambio de 7 millones de pesos. En el contrato firmado el 17 de enero del 2015 se detalla que el Cuauh deberá respetar en campaña, entre otras, las siguientes características: ser cordial y carismático con las personas, saludar a la gente de mano y de beso a las mujeres, sonreir y ser amable con las personas, tomarse fotos y dar autógrafos ilimitados, los cuales en hora de campaña (de 9 a 11 hrs y de 16 a 18 hrs) serían gratis, pero fuera de este horario podrían generar costos adicionales.

 

Además de aceptar la existencia del contrato y al fin publicistas, los hermanos Yañez aprovechan al máximo sus 6 minutos con 20 segundos de fama: uno da su testimonio con el logo del PSD a sus espaldas mientras que el otro lo hace de traje y corbata desde el pleno del recinto Legislativo estatal. Los Yañez Bros detallan otras condiciones que puso Cuauhtémoc Blanco para ser candidato: 300 mil pesos para gastos, rentar dos departamentos de lujo con pantallas de gran tamaño, con determinadas frutas, con bebidas alcohólicas como vodka, ginebra, viajar en camionetas de lujo (no cuentan si las unidades las pidió blindadas o si ese fue un “plus” que le dieron).

 

En el contrato también se obliga a su abogado, promotor y representante Juan Manuel Saenz a asesorar la campaña y a cuidar a los electores del candidato, ya que le corresponde: controlar su carácter, que no fuera grosero con las personas y a no cobrar fotos o autógrafos en horas laborales.

 

Mucho falta para el desenlace de esta tragicomedia cuernavaquense con un toque tepiteño y español. Pero con lo hasta ahora conocido, todos pierden menos tres actores políticos.

 

Pierden en primer lugar y como siempre, Cuernavaca como marca, como destino turístico; pierden sus habitantes; pierde Cuauhtémoc Blanco Bravo, quien ha sido exhibido como mentiroso; pierden los Yañez Bros, a quienes les importó nada violar la ley, mentir e incluso, poner en agonía su mina de oro que es el PSD; pierde el Impepac y sus consejeros al saberse burlados en muchas cosas, como en el tope de campaña; pierden los empresarios que pagaron por una entelequia; pierden muchos funcionarios públicos corridos y otros que a partir de ayer aumentaron su incertidumbre laboral, pierden los visitantes a Cuernavaca que la encuentran sucia, con calles semidestruidas, con un centro arrebatado por caprichos oficiales y mafias sindicales, pierden todos los morelenses al ver cómo las malas noticias y los escándalos envuelven la marca turística del estado.

 

Entonces, ¿quién gana con todo esto? En primer lugar Graco Ramírez, que ha encontrado el elemento distractor para ganar un poco de espacio para operar políticamente ante la crisis que enfrenta por la mediocridad de su gobierno y las miles de voces que exigen su salida del estado; ganan Jorge Morales Barud y mafia que saqueó Cuernavaca impunemente y que ante lo visto, nadie parece ya recordar; y gana Juan Manuel Sanz Rivera, quien hizo de la precampaña, de la campaña electoral y de su paso por el Ayuntamiento de Cuernavaca, un gran negocio, que al fin de cuentas ese es su papel como promotor (¿o alguien creyó que le tocaba gobernar y buscar el bien de los cuernavaquenses?).

 

Ante todo esto, la pregunta es ¿habrá impunidad?

 

En la nota de Televisa, que aún cuando la desdeñaron varios medios de comunicación nacionales, se viralizó en minutos a todo el país, periódicos deportivos, portales y redes sociales, Roberto Yañez dice: “Cuando Cuauhtémoc se hace candidato, no es por buena persona o porque quiere incursionar en la política, lo es porque tiene un beneficio económico; el contrato existe y el señor Cuauhtémoc lo cobró” y sentencia “Cuauhtémoc quería irse desde la primer semana, la verdad no puedo estar aquí, no es lo mío, lo decía con el corazón.”

 

Hoy la suerte de Cuauhtémoc Blanco Bravo parece estar echada: ha mejorado su ya de por si abultado peculio, su trayectoria como deportista queda casi intacta, espacios para ser comentarista, entrenador o directivo le sobran. Y para quienes votaron por él, ya les dejó en claro que “no se la partió” por ellos; que gobernar –efectivamente-, no es lo suyo; que dejar en manos de otros su responsabilidad como alcalde no lo exime de las consecuencias; que no conoce a quienes hoy le rodean como funcionario; que su gobierno es un desastre y navega sin rumbo; que las puertas de salida ya están abiertas; que sus antiguos socios y patrones, prefieren rating y vender revistas que cuidarle las espaldas. ¿Lo entenderá o esperará a seguir siendo exhibido “con otras agravantes más”?

   
       
 
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