Morelos, escenarios inéditos
El escenario se le descompuso al gobernador de Morelos: la Segob recibió al FAM y lo validó como interlocutor de un movimiento que sólo pide una cosa: la salida de Graco Ramírez. La reunión entre los ciudadanos inconformes y las autoridades federales fue tensa, acaparó los reflectores de la prensa nacional, obligó al gobierno federal a actuar y evidenció a un gobernante rebasado por los problemas y repudiado por la sociedad. La caída de Jorge Carrillo Olea se puede repetir.
Los problemas crecen como bola de nieve en la administración perredista de Morelos. Graco Ramírez nunca pensó que la comitiva de ciudadanos que piden su dimisión sería recibida en las oficinas de Bucareli, ni mucho menos que fueran atendidos por el subsecretario.
Un día antes de la caravana Graco aseguró a esas oficinas que la manifestación se había desactivado, que ya había acuerdos con los inconformes y que no era necesario que la federación actuara. El tabasqueño apostó por la desintegración del FAM porque el ingreso de operadores de Segob le restaría autoridad y mostraría que la realidad del estado es muy diferente a la que el tabasqueño presume.
Poco a poco las cosas están dejando de resultar favorables para el perredista. Su estilo agresivo de gobernar y su actitud de permanente confrontación ya no espanta a nadie y por el contrario, provoca reacciones igual de violentas. Graco Ramírez ya no da miedo, su gobierno ya no genera respeto y es claro que sus estrategias están dejando de ser efectivas.
Hoy el gobernador de Morelos enfrenta una muy fuerte ofensiva que busca no sólo destituirlo del cargo, sino llevarlo a juicio. Los temas acumulados en la agenda del estado ya se le fueron de las manos y la intervención de la Secretaría de Gobernación abre la puerta a decisiones que van más allá del alcance del tabasqueño.
Lo que el FAM puso en la mesa de negociación en México con el subsecretario Luis Miranda (el amigo personal y compadre del presidente Enrique Peña Nieto) no es lo que unas horas antes advirtió Graco Ramírez en una desangelada rueda de prensa en la Ciudad de México. Los manifestantes no hablaron de los matrimonios igualitarios ni de la regulación del transporte, la agenda que llevaron los integrantes del FAM fue de inseguridad, de violencia, de violación a los derechos humanos y de complicidades y omisiones del gobernador.
Graco habla de un ataque en su contra por parte de grupos conservadores; “mi gobierno sufre una ofensiva orquestada por la iglesia, los transportistas y el rector de la UAEM porque se oponen a mis decisiones progresistas” Y puntualiza sus aseveraciones: el Obispo de Cuernavaca se opone a los matrimonios igualitarios, los transportistas al Morebús y el rector quiere ocultar sus desvíos de recursos. Ninguno de esos temas, empero, se puso en la mesa de gobernación.
A Graco ya no le funcionan los argumentos, ni tampoco la estrategia. La defensa a su modelo de seguridad se sustenta sólo en palabras, porque las cifras oficiales (elaboradas por la Segob) muestran que no hay mejoría en los niveles de seguridad en Morelos. Graco dice que si, pero las cifras oficiales dicen que no.
Políticamente Graco está en su momento más débil y luce vulnerable. El FAM no se desintegró como lo pensaban los graquistas con la salida del Obispo, ni tampoco se dobló ante los ataques al rector; por el contrario: el movimiento se fortaleció, las posturas se endurecieron y Javier Sicilia le dio un toque nacional a la lucha que desde Morelos libran muchos sectores de la población.
Los movimientos de Graco Ramírez son erráticos, aunque algunos le han funcionado. 1- Acusar al Obispo de intromisión en asuntos del estado logró que Ramón Castro bajara temporalmente las manos, pero no abandonó la lucha contra el gobernador 2- Acusar de corrupto al rector tomó por sorpresa al equipo universitario, pero provocó que en su lugar entrara Javier Sicilia y el movimiento creció 3- Meter al congreso a la pelea y utilizarlo como lanza para atacar al rector y a los transportistas fue una terrible decisión: las cosas no mejoraron, su mensaje no convenció y hoy los diputados están señalados de cómplices de Graco. El costo personal y político que pagan los representantes populares por defender al tabasqueño es altísimo y puede poner fin a sus carreras políticas.
Lo que sucede ahora en Morelos es parecido a lo que pasó en 1998 con Jorge Carrillo Olea, pero mucho más complicado. La conformación de un frente social en contra del gobernador, el desprestigio generalizado de la política, el clima de violencia, inseguridad y crisis económica, la actitud del gobernador y de su familia, la falta de operación política y el uso ciudadano de las redes sociales está dando pie a escenarios inéditos.
En 1998 Jorge Carrillo Olea tuvo que abdicar a la gubernatura porque entendió que había perdido el respaldo del presidente; una vez que el general percibió que su caída se gestaba desde Los Pinos, ni siquiera metió las manos y prefirió un retiro pactado que le evitara una persecución posterior y el inicio de procesos legales por las responsabilidades de sus actos.
Hoy pareciera que el presidente y el secretario de gobernación (que pronto dejará el cargo) encubren al tabasqueño y le protegen de sus excesos. Lo que no entraba a la ecuación política era que los movimientos sociales se articularían, unificarían criterios y actuarían de manera coordinada. En las semanas que le quedan de secretario Osorio puede seguir empeñado en defender políticamente a Graco Ramírez, pero es imposible que lo libre de la presión social y el desgaste que tiene en Morelos.
Es tan grave el deterioro social en la entidad y tan burdo el actuar de este gobierno, que comienzan a abrirse escenarios que antes parecían imposibles. Hasta hace poco algunos actores de poder sostenían que era absurdo un relevo en la gubernatura sin la venia del presidente; hoy esa posibilidad se podría modificar en Morelos por la coyuntura del momento: 1- El gobernador ha abierto más frentes de los que puede controlar 2- El conflicto de Morelos ya escaló a nivel federal y ganó reflectores de la prensa nacional y 3- El PRI y el presidente Enrique Peña Nieto necesitan dar un golpe en materia de corrupción.
No es claro aún lo que puede pasar en Morelos como consecuencia de los movimientos sociales: el gobierno estatal no tiene interlocución con sus críticos, ya entró la federación y el congreso es incapaz de sesionar en sus instalaciones porque no ha podido resolver las inconformidades en su contra.
No se si la presión que mete el FAM a gobernación concluya con la salida de Graco Ramírez, pero me queda claro que la entrada de Segob al tema y la paliza informativa que recibe el tabasqueño obligará a esta administración a ajustar su estrategia en todos los sentidos.
Graco se puede atrincherar en su espacio y tratar de llegar al final de su gestión en medio de marchas, manifestaciones y serios cuestionamientos sociales. Esa decisión podría ser avalada por el gobierno federal, pero el costo de hacerlo tendría consecuencias concretas en la familia de Graco Ramírez. Más claro: si el tabasqueño se empeña en prolongar su estilo de gobierno hasta el final de su mandato, los procesos legales en su contra serán muy fuertes y es altamente probable que el primero que pise la cárcel sea su hijastro Rodrigo Gayosso.
Jorge Carrillo Olea vio a tiempo cuando su suerte fue echada; Graco insiste en evadir la realidad. El gobernador de Morelos está contra la pared.
- posdata
Respaldados por Rodrigo Gayosso, los hermanos Julio y Roberto Yáñez emprenden furiosos una batalla sin cuartel contra el alcalde de Cuernavaca Cuauhtémoc Blanco.
Primero filtraron los documentos sobre la nacionalidad de José Manuel Sanz y ahora dan a conocer el contrato que signaron con el futbolista.
La historia surge en medio de la crisis que enfrenta el gobernador y se lanza como un distractor de los problemas que agobian al tabasqueño.
La información de los Yáñez es cierta, como también lo son las intenciones del gober de que este asunto explote justo en este momento.
La historia del contrato se conoce desde hace meses, se cuenta en secreto y ahora se hace pública. Los hermanos quieren revancha, buscan reventar al futbolista para tomar nuevamente el control a través de la síndico y el suplente.
Blanco Braco y Sanz tendrán muchas cosas que explicar, no podrán evadir el golpe y cargarán toda la vida con esta mancha.
El ex capitán americanista pierde mucho con este golpe: pega en su imagen de hombre honesto, de futbolista ejemplar y de alguien diferente a los políticos; a la vuelta de muy poco tiempo el Temo resultó ser igual o peor que los políticos de siempre. ¿Quién lo contratará ahora como imagen de su producto?
Estamos ante un duelo de pillos: los que contratan y los contratados, los que están detrás de los hermanos Yáñez, los que saquearon la la ciudad y aquel que busca desesperadamente algo que desvíe la atención de los gravísimos problemas de inseguridad que vive Morelos
A partir de ahora será muy difícil (mucho más) el andar de Blanco Bravo en Cuernavaca; muy probablemente tire la toalla y conceda con ello un gusto a los perversos hermanos Yáñez.
Si eso sucediera sería impensable que el congreso entregara la ciudad a Julio y a Roberto a través de la síndico o el alcalde suplente; lo prudente ante una situación tan asquerosa tiene que ser firme, salomónica, contundente: disolver el gobierno y conformar un consejo ciudadano.
No hay manera de justificar el actuar de Blanco Bravo al firmar el contrato, pero tampoco el de Julio y Roberto al ir a una elección así. De blanco entenderíamos que es un hombre corto de ideas e inexperto en política, pero los Yáñez son entes malvados que sabían lo que hacían: armaron toda la historia (incluyendo la residencia del ídolo) y denuncian la pillería que ellos hicieron cuando los dejaron fuera de la fiesta.
Es malo lo que hizo el futbolista, pero es peor la actuación de los hermanos Yáñez. El PSD no es un negocio, es un prostíbulo.
Este escándalo cae como anillo al dedo a Graco, aparece en medio de su crisis y tiene, dicen, patrocinio de su hijastro. Es maldición: cosa que toca Rodrigo Gayosso, se pudre.
¡Pobre Cuernavaca! ¡Pobre Morelos!
- nota
El empate se rompió. El marcador en la lucha de poder entre el gobernador y la universidad volvió a cambiar y ahora la ventaja está de nuevo del lado de los universitarios.
La capacidad de comunicación de esta administración está reducida al mínimo, la voz del gobernador se ha perdido en el desierto y es avasallada por la monumental cobertura que reciben los críticos del régimen.
La estrategia de comunicación de este gobierno se puede entender leyendo los periódicos rosas, el troleo de Gustavo o los tuits de Memo.
- post it
La próxima semana, el martes, el FAM tiene nuevamente cita en gobernación, los recibirá un subsecretario y posiblemente el propio titular de la dependencia. El compromiso adquirido por los inconformes es llevar pruebas de sus acusaciones. “Graco es responsable de crímenes de lesa humanidad” dice Javier Sicilia.
¿Y si se confirma documentalmente la responsabilidad del gobernador?
¿Cómo resolverá Osorio la única petición del FAM: Fuera Graco?
- redes sociales
Entregarse a una causa a cambio de dinero tiene beneficios económicos inmediatos, pero un desprestigio eterno. La comunidad tuitera se da cuenta y la gente no olvida.
- es viernes
La amistad es la forma más misteriosa y generosa del amor.
Hoy toca.
comentarios para una columna entretenida: eolopacheco@elregional.com.mx
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