Esta semana, Donald Trump se declaró inocente de 34 crímenes en un juzgado en Manhattan. El caso ha provocado un sismo en la opinión pública estadounidense, porque nunca un expresidente enfrentó un caso criminal. El juicio también importa porque Trump quiere ser candidato presidencial, de nuevo, en 2024.
En resumen: la fiscalía de Nueva York acusa a Trump de un fraude, que comenzó en 2015 y terminó en 2017, cuando era el presidente de Estados Unidos. Consistió en un plan para "atrapar y matar" historias que afectaran la percepción de los votantes sobre Trump.
El plan se fraguó en 2015, dos meses después de que Trump anunciara su candidatura presidencial. En la Torre Trump en Nueva York, sede de su grupo empresarial, él se reunió con su entonces abogado, Michael Cohen, y con David Pecker, quien presidía la organización de medios AMI. Allí, Pecker dijo que sería los "ojos y oídos" de la campaña. Buscaría historias negativas que podrían afectar a Trump. Ayudaría a que no se publicaran.
En noviembre de 2015, Pecker se enteró de que un exportero de la Torre Trump buscaba vender una historia sobre un supuesto hijo que el empresario tuvo fuera del matrimonio. Desde AMI, le ofrecieron 30 mil dólares al portero. La historia era falsa. Eso no importaba, sino que el portero no lo contara a otros medios. El abogado Cohen instruyó a Pecker: mantén al portero bajo control hasta después de las elecciones.
Cinco meses antes de los comicios, en junio de 2016, Pecker se enteró de otra amenaza. Karen McDougal, actriz y exmodelo de Playboy, ofrecía una historia sobre cómo fue amante de Trump, mientras él ya estaba casado con Melania Trump.
Cohen, Pecker y Trump acordaron: pagarían a McDougal 150 mil dólares por su silencio. El 30 de septiembre de 2016, un mes antes de las elecciones, el abogado Cohen creó una empresa fantasma en Delaware. Con esta, pagaron a McDougal.
Diez días después, Pecker le avisó a Cohen que la actriz porno conocida como Stormy Daniels vendía en 130 mil dólares "los derechos de su historia", es decir, cómo tuvo sexo con Trump mientras él estaba casado. Trump no quería pagar a Daniels directamente. Cohen le pagaría. Trump le reembolsaría el dinero. Cohen creó otra empresa fantasma en Delaware y la usó para pagarle a la actriz porno el 27 de octubre. Faltaban 12 días para las elecciones.
Trump ganó los comicios. Cohen estaba listo para recuperar su dinero. Durante 2017, Cohen envió facturas a la Organización Trump por 35 mil dólares mensuales, con el concepto "servicios legales". Le pagaron, primero desde la Organización, después con cheques que el propio Trump firmó desde la Casa Blanca. Los pagos incluían el reembolso del soborno a la actriz porno, los impuestos y unos 60 mil dólares de un "bono" para Cohen. De ahí que la acusación sea por fraude: los pagos de Trump a Cohen no eran por servicios legales, sino el reembolso de un soborno.
Mientras esto sucedía, el FBI ya investigaba el caso. En abril de 2018, catearon la oficina de Cohen y encontraron copias de los pagos. Siguieron meses de revelaciones en los medios de Estados Unidos. A Cohen lo presionaba la fiscalía neoyorquina para declararse culpable. Trump y sus otros abogados lo presionaban para callarse. Finalmente, Cohen decidió cooperar. También aceptaron un acuerdo judicial Pecker y la organización AMI. Todos dijeron que acordaron con Trump silenciar historias negativas para su imagen.
Los pagos violan una ley electoral estadounidense de 1971, que regula el dinero en las campañas. Según la ley, cada partidario de un candidato no debe aportar más de 2,700 dólares a la campaña. Cohen aportó más de 130 mil, con el soborno a la actriz. Ahora, Cohen será el principal testigo contra Trump en la acusación en Nueva York.
Lo que he contado aquí es el relato que aparece en cientos de páginas que consulté de registros judiciales de los procesos legales contra Pecker, Trump y el abogado Cohen, quien se declaró culpable en Nueva York en agosto de 2018. Para entender lo que sucedió esta semana, hay que leer esos otros casos. Para entender por qué importa, hay que preguntarnos cuántos otros poderosos silencian historias negativas, todos los días, y siguen ganando elecciones.
@penileyramirez