La mayoría de estos aeropuertos actualmente están bajo la gestión del órgano desconcentrado estatal, Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA). El vicealmirante retirado y actual director del AICM, Carlos Velázquez Tiscareño, explica que existe un grupo ya trabajando en la desincorporación de esta infraestructura aérea de ASA para su traslado bajo el mando de la Secretaría de Marina. En esta Administración, los marinos también han constituido dos empresas estatales para operar el puerto de Acapulco, en Guerrero, y el recién estrenado complejo turístico en las Islas Marías, en Nayarit. El caso del Aeropuerto Benito Juárez es particular porque este opera bajo el Grupo Aeroportuario de Ciudad de México.
Velázquez Tiscareño reconoce que, excluyendo al congestionado aeropuerto de Ciudad de México, las demás terminales aéreas que pasarán a manos de los marinos, actualmente tienen poca afluencia de viajeros y están localizados en zonas donde prevalece la presencia del crimen organizado: Matamoros, Colima, Ciudad del Carmen, Guaymas, Ciudad Obregón y Loreto. “Colima, Guaymas, Obregón, son (ciudades) difíciles, entonces, tenemos otra vez que darles seguridad y hacerlos atractivos para estas ciudades. Esta es una decisión del Gobierno y mientras seamos requeridos los militares vamos a estar aquí, coadyuvando a la seguridad, al progreso del país”, precisa el vicealmirante en retiro.
El actual director del AICM detalla que este nuevo grupo aeroportuario firmará un convenio directo con Petróleos Mexicanos (Pemex) para el abastecimiento de combustible aéreo. Actualmente, este organismo descentralizado del Gobierno federal opera y administra 19 aeropuertos en el país, entre los que figuran Campeche, Ciudad Victoria, Ixtepec, Poza Rica, Puebla, entre otos. ASA, además, se encarga de proporcionar más de 13 millones de litros de combustibles a los aeropuertos en el país, mediante 61 estaciones y dos puntos de suministro.
La creación de Casiopea sigue la línea del Gobierno federal de dotar de mayor participación a las Fuerzas Armadas en el sector aéreo. Hace un año, el Ejecutivo creó el grupo aeroportuario, ferroviario y de servicios auxiliares Olmeca–Maya–Mexica. Una empresa de participación estatal mayoritaria que estará agrupada a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para gestionar el AIFA, las terminales aéreas de Palenque, Chetumal, así como el próximo aeródromo en Tulum y la megaobra ferroviaria del Tren Maya. El presidente López Obrador también se ha propuesto otra meta ambiciosa en este terreno: echar a andar una nueva aerolínea del Ejército bajo la marca de Mexicana de Aviación. Solo para comprar la conocida marca, el Ejecutivo desembolsará 816 millones de pesos. La nueva aerolínea militar contará con una decena de aviones y su base de despegue y aterrizaje será el aeródromo Felipe Ángeles, en el Estado de México.