El Congreso aprobó recientemente unas reformas para mantener a la Guardia Nacional bajo el mando militar, en lugar de que sea una institución civil, como mandata la Constitución. Ello, según dijeron, en aras de la seguridad que precisa el país. Pero la Suprema Corte ha tumbado esta semana esa medida y ordenado que vuelva a la Secretaría de Seguridad Pública, y ha establecido de plazo hasta enero para el cumplimiento de dicha resolución. “En vez de ordenar que entrara en vigor de inmediato hasta se arrepintieron y nos mandaron decir que por qué no negociábamos para que entrara en vigor después de enero. No, les dije al secretario de Gobernación [Adán Augusto López] y la secretaria de Seguridad. Nada de negociación, esto tiene que ver con la dignidad, nosotros no hacemos acuerdos en lo oscurito”, ha zanjado el presidente.
López Obrador ha revelado también que Norma Piña comentó a Rosa Icela Rodríguez que por qué se quejaba, si con la resolución de la Corte ella mantendría el mando sobre la Guardia Nacional. “Abriéndole el apetito, para que ambicionara ser ella la que manejara la Guardia Nacional”. Según López Obrador, la secretaria contestó que eso no era asunto de ella sino del presidente. “Qué lamentable nivel de indignidad, cuando deberían ser ejemplo de rectitud y de moralidad”, ha criticado el mandatario a la Suprema Corte, a cuyos ministros ha llamado “Supremo Poder Conservador”.
La guerra abierta que mantiene el Gobierno con el Poder Judicial tuvo su cumbre esta semana cuando los ministros revocaron lo aprobado en el Congreso sobre la Guardia Nacional, uno de los asuntos más controvertidos en los últimos meses en el terreno legislativo. La Guardia Nacional se concibió como un cuerpo civil, pero se otorgó un tiempo para que fueran instruidos por los militares. Pasado ese periodo, el Gobierno quiso prorrogar la fórmula, pero no tiene los apoyos suficientes para modificar la Constitución por lo que optó por reformas secundarias polémicas que le granjearon acusaciones de militarizar el país, incluso entre sus propias filas. A pesar de ello, el Senado, finalmente, aprobó las reformas que ahora han sido tumbadas en la Suprema Corte por inconstitucionales. Un duro golpe a las aspiraciones gubernamentales.
La Guardia Nacional va a continuar bajo mando militar, ha asegurado López Obrador. Ahora enviarán al secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval, y a Rodríguez, a una gira por todo el país para que informen a los elementos de este cuerpo de que sus condiciones laborales no van a cambiar, “porque ellos ganan más que los de la Marina y la Defensa”. La opinión del presidente, es que la decisión de la Suprema Corte “es un golpe para provocar deserciones” entre los agentes, muchos de ellos pertenecientes a los cuerpos militares, y que vuelvan a sus cuarteles abandonando la Guardia Nacional. “Así todo lo que hemos construido se derrumba”, ha acusado.
La iniciativa legislativa para modificar la Constitución se presentará el 1 de septiembre del año próximo, una vez que los mexicanos hayan ido a las urnas de nuevo. El presidente ha confiado en que no solo voten “por la Transformación” para elegir al presidente, sino que lo hagan también en el Congreso, porque, de lo contrario, nada de eso podrá lograrse. “Nosotros que hemos luchado tanto por la justicia no nos vamos a dar por vencidos”, ha concluido.