En protesta por la Ley General en materia de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación (HCTI), recientemente aprobada por Diputados y Senadores, varios centros públicos de investigación y universidades del País fueron a paro.
"Fue un movimiento o una iniciativa muy espontánea. No podemos ni siquiera decir quién fue el primero que propuso: 'Hagamos un paro'. Empezó a correr (el llamado) por las redes y la gente a sumarse", contó a REFORMA la socióloga Cristina Puga, del Centro Peninsular de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNAM en Mérida, Yucatán.
La respuesta fue desigual.
En la CDMX, por ejemplo, se presentó un paro total del estudiantado en el Centro de Investigación y Docencia Económicas, así como en las facultades de Ingeniería y Arquitectura de la UNAM y en el CCH Azcapotzalco.
De manera parcial, se suspendieron actividades en algunos departamentos de las facultades de Química y Ciencias; mientras que, en la misma UNAM, se registraron manifestaciones en el Centro de Ciencias Genómicas y los institutos de Fisiología Celular y de Investigaciones Sociales, además del Cinvestav.
En el Tec de Monterrey también encontró eco la protesta.
En un comunicado, la institución observó que la nueva ley representa un retroceso para el progreso académico y para la innovación; centraliza la política científica y limita la libertad de investigación a una agenda determinada desde el Gobierno.