El derecho a decidir se ha convertido en una bandera política de muchos y muchas que buscan ocupar una curul en la Cámara de Diputados local, pero que una vez que rinden protesta todo queda en el tintero.

De acuerdo con colectivos feministas, las pugnas y los dogmas políticos llegan a pesar más que sus promesas de campaña y, entonces, legislaturas van y vienen y la despenalización del aborto no llega. Tania Osiris, del Colectivo Divulvadoras, señala que cada año alrededor de 500 mujeres buscan abortar en algún municipio del estado; afirma que algunas lo hacen desde casa, tomando medicamentos “seguros”; otras más prefieren acudir a clínicas de la Ciudad de México y pagar lo necesario para preservar su salud.

Sin embargo, asegura desconocer el número de mujeres que pierden la vida por esta causa que, desde hace muchos años, es reconocida como un problema de salud pública.

Según datos del Grupo de Información en Reproducciòn Elegida (GIRE), cada año 200 morelenses van a la Ciudad de México a prácticarse un aborto, mientras que unas 500 más lo hacen desde casa, bajo el apoyo de colectivos que apoyan a que sea seguro.

Pero existen aquellas que lo hacen de manera clandestina, bajo técnicas inseguras que pueden quitarles la vida, de ahí la importancia de legislar

La CDMX fue la primera en legislar sobre el tema.