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EN PRIVADO

¿Todo el poder para un sucesor o para él?

 

Y preguntó AMLO: ¿Y dónde está la otra mitad del medio ambiente?

No me lo puedo creer. Él sí.

Florestán

 

Tras el anuncio del presidente López Obrador de disolver la Suprema Corte de Justicia de la Nación en septiembre del año que viene, con la mayoría calificada del Congreso para que los nuevos ministros sean electos por el pueblo, los 22 gobernadores de Morena, incluida la jefa de Gobierno, firmaron el machote-manifiesto que suscriben cada vez que necesita un improductivo apoyo declarativo ante una realidad que se le niega.

Y es que el martes, tras la decisión, el lunes, de la Corte de invalidar la primera parte de su reforma electoral, montó en furia porque el fallo no fue como quería y alguien de sus palaciegos cercanos lo engañó diciéndole que estaba resuelto, lo que era falso, pero así se lo manejaron para no llevarle la contraria, que le enfurece y a ellos les aterra.

Su proyecto va en dos tiempos, el control del Legislativo vía la mayoría calificada y, con éste, el del Judicial que anularía el concepto constitucional, artículo 46, que dice que el Poder Supremo de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial y que no podrá reunirse en un solo individuo, que a él no le importa.

Sé que en el priato del siglo pasado el Ejecutivo asumía los otros dos poderes, pero en sus últimos seis años se modificó, cuando en 1994 Ernesto Zedillo disolvió aquella Corte de 21 ministros al servicio del presidente para crear la actual, autónoma, y tres años después, en 1997, el PRI perdió su control histórico en el Legislativo, que nunca recuperó y que restableció López Obrador en julio de 2018.

Ahora, en su proyecto transexenal, va por hacerse del control del Legislativo para hacerse del Judicial.

Lo que no entiendo es si el 1 de octubre del año que viene se va a su finca de Palenque, para qué quiere concentrar tanto poder, lo que es inimaginable para un sucesor y solo se explica en un proyecto de poder personal y transexenal.

RETALES

1. FRASES. El Presidente repite dos frases: Al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie. Y nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho. Pero solo las cita, no las aplica;

2. DESBORDE. A partir de esta medianoche —y que no me salga López Obrador que dónde está la otra mitad— la crisis migratoria se va a disparar a niveles inconmensurables. Con la eliminación del Título 42, la migración se desbordará sin que su gobierno tenga las previsiones indispensables; y 

3. RESGUARDO. El Estado de México no es la fiesta Morena que ha cantado el oficialismo. La ventaja de su candidata, 30 puntos, se ha cerrado a menos de un dígito. Y es que en su palacio apostaron por el impulso de López Obrador, que hace seis años no les alcanzó y a cómo van, tampoco. Mientras más oculten a Delfina Gómez para protegerla, más seguirá cayendo. Por eso han empezado el discurso del fraude. 

Nos vemos mañana, pero en privado

Ámbito: 
Nacional