Se oye en los anuncios de campaña: “Las encuestas lo dicen. Delfina gobernadora”.

Entre las casas encuestadoras del caso mexiquense hay muchas siglas desconocidas. Pero también hay algunas conocidas que sacan la pelota del estadio en favor de Morena.

Algo parecido sucedió en 2021. Casas encuestadoras de alto y bajo rango le dieron anticipadamente a la alianza de Morena la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y la mayoría absoluta de los votos. Pero no hubo mayoría calificada en la Cámara y fue la oposición quien recibió la mayoría de los votos.

Camino a la elección mexiquense del próximo 4 de junio, Carlos Hernández Torres ha hecho un análisis no de lo que dicen las encuestas que sucederá, sino de lo que los votantes mexiquenses han hecho desde 2018. (“La batalla mexiquense, Nexos, Mayo 2023).

Las cuentas de Hernández Torres muestran que en estos años Morena y sus aliados perdieron votos en lugar de ganarlos, y que los votos reales de los mexiquenses son un territorio equilibrado, muy competido. Nadie ganará fácilmente ahí.

En 2018, Morena y sus aliados obtuvieron el 28% de los votos posibles del total del padrón electoral. En 2021, ganaron el 19%. En 2022, en las elecciones de revocación de mandato, sólo el 14%.

Es decir: en 2018 Morena y sus aliados lograron la tercera parte de los votos posibles; en 2021, la quinta parte; y en 2022, el 14%.

Traducido a votos reales, lo anterior quiere decir que, en 2018, Morena y sus aliados obtuvieron 3.4 millones de votos; 2.4 millones en 2021, y 1.6 millones en 2022.

Visto territorialmente: en 2021, la alianza opositora Va por México ganó 66 municipios, con 2 millones 922 mil 673 votos. La alianza de Morena, Juntos Haremos Historia, ganó 59 municipios, con 2 millones 869 mil 433 votos.

En total, hubo 50 mil votos más para la oposición.

¿De dónde sale la idea de que Morena y sus aliados están ahora 15 y hasta 20 puntos arriba? De las encuestas.

Pero las encuestas no votan.