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EL ASALTO A LA RAZÓN

¿De qué bando son los “violentos”?

 

Aunque una de las promotoras de las marchas en defensa del Poder Judicial, Alejandra Morán (presidenta de Chalecos México), había dicho que en CdMx los manifestantes no llegarían al edificio de la Suprema Corte para evitar confrontarse con el piquete que Morena plantó hace más de un mes, un grupo se desprendió del contingente principal y, respaldado por policías capitalinos, provocó el desalojo de los linchadores y quitó de los muros y el portón las injuriosas mantas y carteles.

En los videos de la “hazaña” se ve a un cuarentón y fortachón amenazando varias veces con golpear a un anciano sin que el amago, por fortuna, pasara de la finta.

De que se ejerció “violencia” virtualmente “física” y verbal es indiscutible, pero descalificar el propósito de las marchas por ese suceso, de cara a la rabiosa embestida de la 4T contra la Corte, equivale al absurdo de que un golpeador acuse a su víctima de lastimarle los nudillos de la mano con la nariz después de haberlo trompeado.

La disolución del plantón fue tan efímera que ya fue reinstalado con el cómplice apoyo de las autoridades locales y federales, obligadas y omisas para resguardar la integridad y seguridad de las instalaciones.

Pero los violentos con intimidaciones, injurias, performance con ataúdes y memes con bala en todo momento han sido quienes iniciaron la guerra.

Sin embargo, en opinión del presidente López Obrador, el domingo “se actuó, de parte de los que marcharon, con prepotencia. Porque pueden no estar de acuerdo con los que están manifestándose enfrente de la Corte, pero no debieron ir a provocar y a quitarles las mantas…”.

Omite que el plantón es consentido por su gobierno y el capitalino, pese a que los plantados apuntalan su misión con fotos del mandatario y éste no se deslinda, y no obstante que se ostentan como activistas de una de las facciones del partido que fundó.

¿Y qué con la violencia verbal del gobernador de Veracruz y sus acarreados? 

Desde que se anunció el oprobioso plantón, la ministra presidenta de la Corte, Norma Lucía Piña, solicitó que la Guardia Nacional custodiara el inmueble.

Ni siquiera le contestaron.

Inimaginable tal desamparo si el sujeto de las ofensas fuera el Presidente y se vandalizara la fachada de Palacio Nacional.

El 8 de agosto de 2018, al recibir del Tribunal Electoral la constancia que lo acreditó como Presidente electo, AMLO prometió:

“Ofrezco a ustedes, magistrados, así como al resto del Poder Judicial, a los legisladores y a todos los integrantes de las entidades autónomas del Estado, que no habré de entrometerme de manera alguna en las resoluciones que únicamente a ustedes competen (…). En el nuevo gobierno, el Presidente de la República no tendrá palomas mensajeras ni halcones amenazantes. Ninguna autoridad encargada de impartir justicia será objeto de presiones ni de peticiones ilegítimas”.

Y ayer, sin más argumento que los ministros ganen más que él (los amparan las leyes laborales vigentes), los acusa inclusive de “querer dar un golpe de Estado…

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