Las carreteras que atraviesan por el estado de Morelos están convertidas “en tierra de nadie” debido a los constantes asaltos, extorsiones y secuestros que sufren paseantes y habitantes de la entidad, a lo que no escapan personajes relevantes de la sociedad morelense.

En días pasados, usuarios de redes sociales coincidieron en usar la frase “tierra de nadie” para describir la situación en las diferentes carreteras, un fenómeno que se ha convertido en motivo de preocupación y debate público.

En las publicaciones de redes sociales predominan las denuncias sobre retenes instalados por integrantes de la delincuencia organizada y los “patrullajes” de falsos elementos del orden, algo que reconocen los mandos de la Guardia Nacional, como el comisario de esta corporación en la entidad, Gaudencio Ramos, quien el pasaso 19 de mayo alertó sobre la existencia de al menos tres patrullas clonadas.

Sobre este fenómeno, el periodista Sergio Aguayo dijo a La Razón que “las carreteras se han convertido en vías de comunicación para el crimen organizado”.

Aseguró que la situación ha empeorado en los últimos años, “porque el gobierno de Cuauhtémoc Blanco ha sido muy ineficiente e indolente en atención al aumento de la criminalidad, mientras que la Guardia Nacional está siendo incapaz de dar seguridad a quienes transitan por la autopista”.

La crisis es de tal magnitud, que el pasado 30 de mayo el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, emitió un comunicado en el que expresó su preocupación ante la inseguridad que se vive en el estado y específicamente en la autopista México-Cuernavaca. El prelado pidió a la ciudadanía “no acostumbrarse al incremento de robos, secuestros y asesinatos que tienen como escenario los 61.54 kilómetros que conforman la autopista México-Cuernavaca”.

Al respecto, el vocero de la Diócesis, Tomás Toral, confirmó ante este medio la preocupación de la Iglesia Católica y agregó que los clérigos también son víctimas de otros delitos, “como las extorsiones, que no se dejan esperar ahí en las parroquias… o la incursión a las capillas y hacia los sagrarios”.

Los empresarios también lo padecen. Víctor Mendoza, dirigente estatal de la Coparmex, dijo que este flagelo “tiene un fuerte impacto en la economía, pues los comercios que están sobre las carreteras son los primeros en padecerlo, después del llamado de las autoridades a no detenerse en las carreteras”.

En entrevista, sentenció: “Yo, Víctor Mendoza, presidente de Coparmex Morelos, hago responsable de la inseguridad dentro del territorio de Morelos al ejecutivo del estado por no dar los recursos económicos suficientes a la Comisión de Seguridad”.

A las voces de inconformidad se suma la del senador del PRI por Morelos, Ángel García Yáñez, quien cuestionó el por qué si las autoridades ya saben que hay falsos retenes y delincuentes, éstos no han sido detenidos.

“¿Por qué no los detienen? Simplemente con las cámaras que tienen de vigilancia, pues ahí se pueden dar cuenta a dónde se dirigen, a dónde van, en dónde andan y todo ¿Por qué no actuaron de inmediato cuando se dieron cuenta?”, se preguntó.

Pero además de la situación de las carreteras, la crisis de inseguridad en Morelos se resiente con un aumento en la incidencia de diez delitos de alto impacto, entre ellos el feminicidio, que registró alza de 83.3 por ciento en el segundo bimestre del año en comparación con el primero, al pasar los expedientes de seis a 11 entre un periodo y otro.

Acerca de esta problemática, el diputado local de Movimiento Ciudadano, Julio Cesar Solís Serrano, señaló que en Morelos “tenemos autoridades completamente ineficientes, que quieren voltear hacia otro lado, me parece de lo más ridículo”.

Añadió que el gobernador Cuauhtémoc Blanco “se aparece en los estadios y se ausenta en el estado… es un desastre lo que estamos viviendo en Morelos, donde la administración pública es fatal”.