Luego ahí va la vida, de ausencia en ausencia.
Florestán, en memoria de mi inolvidable compadrito Rocha
Los resultados de las elecciones del domingo en Estado de México sirvieron para sacar lo peor de los dirigentes de la alianza opositora, que, en lugar de hacer un ejercicio de autocrítica, los usaron para reiterar el control de los despojos de esa tríada de intereses personales por encima de un proyecto de nación y una revisión de lo que no funcionó, es decir, una autorrevisión porque ellos son los disfuncionales de cara a una alianza democrática con la sociedad.
En ese ejercicio constante de evadir la realidad, de lo que acusan al presidente López Obrador y que ellos ejercitan cotidianamente, resulta que perder el principal bastión de votos, presupuesto e historia del priismo fue culpa de todos menos de ellos, que en el fondo y en la forma, los únicos responsables.
Alejandro Moreno responsabilizó al gobernador Alfredo del Mazo y hasta dejó la posibilidad de expulsarlo de su PRI y Marko Cortés a los ciudadanos por no salir a votar. Pero ellos nada o como si nada, cuando han sido todo, bueno, todo y nada.
Las respuestas de los derrotados fue promediar: ganamos uno y uno, coincidieron en responder al reivindicar como suya la victoria de Coahuila y luego a empatar: tuvimos casi los mismos tres y medio millones de votos si se suman las dos elecciones, en ese ejercicio tan partidista de sumar peras con manzanas siempre y cuando busquen una salida que está a la vista de todos menos la suya.
Y a esa línea de celebrar se sumó el presidente López Obrador, que ganó la vecina entidad con la misma candidata que la perdió hace seis años.
Pero a todos les valió un tema central: su falta de capacidad para sacar a votar a los electores en Estado de México, donde participó poco menos de la mitad de los 12 millones 400 mil ciudadanos registrados en el padrón.
RETALES
1. NÚMEROS. La alianza opositora logró dos millones 622 mil votos contra la morenista que la superó con tres millones 267 mil, una diferencia de 645 mil. El PRI logró un millón 748 mil votos, el PAN 700 mil y el PRD 183 mil. Morena dos millones 184 mil, el Verde 623 mil y el PT 460 mil. El Verde le dio la victoria a Delfina Gómez. Pero nadie logró sacar a votar a más de la mitad de los electores;
2. GUERRA. Mientras los dirigentes derrotados firmaban otra alianza para 2024, advertían su rechazo a aceptar a cualquier precandidato del oficialismo, refiriéndose indirectamente a Marcelo Ebrard de no ganar la encuesta palaciega, y al que no veo yéndose con esa recua; y
3. DESLINDE. En medio de todo esto, Dante Delgado volvió a decir que con el PRI de Moreno ni a la esquina, que ellos van solos, y dijo: advertimos que no estaríamos tocando los violines en un barco que iba a pique y destinado al fracaso. Lo decimos una vez más: ¡no nos vamos a subir al Titanic de Va por México!
Nos vemos mañana, pero en privado