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LOS MEXICANOS NO QUEREMOS VIVIR EN DEMOCRACIA

LOS MEXICANOS NO QUEREMOS VIVIR EN DEMOCRACIA

 

¡Bueno! Hay muchas causas y razones que podrían explicar porque muchos ciudadanos mexicanos no participan de los procesos democráticos que vive nuestro país, como la ignorancia, la pobreza, la indiferencia, la apatía, la incredulidad, el conformismo, etcétera; este tipo de comportamientos tiene consecuencias que pueden ser desastrosas, porque creyendo o justificando que no pasa nada, que así son las cosa. Sin tener plena consciencia de sus derechos y sin darse cuenta están delegando que otros decidan por ellos y ese comportamiento significa la peor esclavitud, depender de la voluntad de otros.

Una democracia es el único sistema de gobierno que permite votar y elegir a sus representantes libremente, es decir, a los gobernantes, diputados y senadores. No hacerlo abre la posibilidad de que se instalen sistemas de gobierno, autoritarios, dictatoriales o dictaduras militares o; simplemente, estar inconforme con quien gobierna, sin importar hagan lo que hagan.

Pero cabe preguntarse ¿nuestro sistema político es realmente democrático o es una ficción? ¿los gobernantes y la clase política son auténticamente demócratas o simuladores? ¿los partidos políticos son instituciones democráticas o franquicias o camarillas de cuates? Analicemos un poco:

Los ciudadanos votantes: no se puede negar que el Instituto Nacional Electoral (INE) es una institución democrática donde los votos se cuentan bien. Pero qué pasa con el comportamiento de los votantes, muchos ejercen el voto libremente, otros lo venden o son condicionados para votar a favor de uno o de otro. En la jornada electoral se da el mapacheo o acarreo de votantes, etcétera, pareciera que este comportamiento es incontenible y no es democrático.

Los partidos políticos: son las instituciones más antidemocráticas que puedan existir. Son verdaderas franquicias o negocios de sus dirigentes, son grupos de cuates con poder partidista para vender candidaturas o son entidades asoladas por la delincuencia. Son todo menos instituciones democráticas o entidades de interés público. Parecen democráticas pero no lo son.

Los gobernantes o representantes populares: en el mejor de los casos, aquellos que llegan a los cargos, aparentemente democráticamente, ya en el poder no se conducen con los valores democráticos, por el contrario, van a buscar beneficiarse del poder o aprovecharse de él y el sueño de la democracia, simplemente, se esfuma.

En los sindicatos: al igual que en los partidos políticos, los dirigentes buscan enquistarse en el poder utilizando artimañas. Son organizaciones de trabajadores, pero en muy contados casos practican la democracia.

En fin, pareciera que los mexicanos no estamos interesados en la democracia, en las pasadas elecciones del Estado de México el 50.2 % del padrón electoral no salió a votar y en el Estado de Coahuila el abstencionismo fue un poco menor del 43.6 % de su padrón. De cualquier manera, en términos generales en la historia de las elecciones en nuestro país ha reinado el abstencionismo.

Vale la pena reflexionar que sucede con este comportamiento político, porque los datos indican que el valor de la democracia no es apreciado por la mayoría de los mexicanos.

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