Va por México se propone hacer lo mismo que el oficialismo: saltarse la ley.
PAN, PRI, PRD y las agrupaciones civiles que pretenden una candidatura única para ganar la próxima Presidencia de la República son el espejo deformado de Morena.
En vez de exigir al Instituto Nacional y al Tribunal Electoral frenar las precampañas que el lopezobradorismo adelantó cinco meses, el bloque opositor se pasa de pragmático y de listo, provocando ipso facto las primeras deserciones: del académico Sergio Aguayo al consejo ciudadano, porque el proceso estará controlado por los partidos, y la del senador independiente Germán Martínez a su eventual participación por la candidatura presidencial, por considerar que lo anunciado ayer son campañas anticipadas que violarán la ley electoral con “cargadas empresariales” y dinero sin fiscalización.
Y el gobernador de Yucatán, Mauricio Vila, también salta del tren arguyendo que “la alianza necesita y merece una candidata o candidato de tiempo completo”.
Si alguna duda quedaba, es claro ya que tanto el gobierno como la oposición optaron por violar las reglas del juego electoral.
Con el sofisma de que las virtuales precampañas de sus prospectos no son de precandidatos, sino de aspirantes a coordinadores “de la defensa de la cuarta transformación”, el morenismo aventaja formalmente dos semanas a Va por México y cuenta con el respaldo abierto y propagandístico del presidente López Obrador.
En castellano simple, lo que está en marcha es una competencia entre tramposos, porque la ley es muy clara: cuando viene una elección presidencial, las campañas comienzan la tercera semana de noviembre previo a las votaciones y los contendientes tienen prohibido adelantarse.
Tiene varias lecturas lo que ayer se conoció, la más importante pasar por encima de la legalidad, delito que pone a prueba y del que deberán ocuparse las autoridades electorales.
Políticamente se puede entender, pero no justificar, que mientras unos van tendidos los otros arranquen, porque simplemente no les queda de otra.
Incompleta de por sí por la rotunda negativa de Movimiento Ciudadano a integrarse, la alianza opositora lamentará que se sumen otros adioses a los tres de este lunes.
Se informa que habrá elecciones primarias con el padrón de la suma de simpatizantes que los aspirantes reúnan (150 mil cada uno) para tener cada uno cierto control y seguridad, pero esto puede suscitar en otros explicables desconfianzas.
Ilegalidades y malabares aparte, lo mejor es el acuerdo de realizar debates entre los precandidatos (lo que Morena evitó de plano pretextando la preservación de “la unidad”). Esto dará oportunidad a los electores de conocer proyectos y no dejarse llevar por la simple fama.
En este aquelarre, será interesante el papel que desempeñarán los ex consejeros electorales Leonardo Valdés, Luis Cárdenas y otros respecto a las primarias que se darán en un proceso evidentemente anticipado y, por lo mismo, ilegal…