Afirma que patriotismo evitó derramar sangre; ofrece a mercenarios unirse al ejército o ir a Bielorrusia; Prigozhin niega que buscara derrocar régimen
Tras la rebelión y calificativos de debilidad al régimen y su ejército, el presidente ruso, Vladimir Putin, rebajó la crisis al advertir que llevará a la justicia a los “traidores”, pues en Moscú no prosperará la sedición.
En un mensaje a la nación, que pareció un llamado a reforzar los objetivos de la “operación militar” en Ucrania, recalcó que la negociación y el “patriotismo” fueron clave para evitar la sublevación del líder del Grupo Wagner, Yevgeni Prigozhin, sin mencionar a quien exhibió las vulnerabilidad en seguridad del Kremlin.
Pese al momento más crítico desde que estalló la guerra, el soviético se mostró públicamente para hablar del amotinamiento. Visiblemente molesto llamó a la unidad al insistir que gracias a la resistencia “patriota”, al aludir el esfuerzo civil y de las Fuerzas Armadas, se evitó derramar sangre, no sin antes sostener que sus bases estaban listas para aplastar, de ser necesario, a los mercenarios, quienes desistieron de su plan al ver la fortaleza rusa a 200 kilómetros de la capital.
Putin enfatizó que cumplirá con la promesa de amnistía ante Wagner, pero anunció que dará opciones a los culpables de la revuelta, quienes, sugirió, fueron engañados para hacer pelear a rusos contra rusos y arrastrarlos a una guerra civil, al recalcar que “calcularon mal”. Por ello, Moscú afianzó la seguridad tras una reunión del presidente con los ministros de Defensa, Serguei Shoigu, y del Interior, Vladimir Kolokoltsev, el jefe del Estado Mayor, Valeri Gerasimov, y el director del Servicio de Inteligencia (FSB, por sus siglas en ruso) Alexander Bortnikov.
Asimismo, reivindicó que habrá respuesta a la amenaza que se orquestó en cuestión de días y obligó al Kremlin a desplegar un plan antiterrorista, pero apuntó que los combatientes pueden corregir el rumbo al enlistarse como Fuerzas Armadas. La alternativa es el destino del llamado “chef de Putin”, el exilio.
Aunque no es claro el paradero de quien comandó uno de los destacamentos más fuertes para anexarse cuatro territorios rivales: Donetsk, Lugansk, Jerson y Zaporiyia, el régimen precisó que les dará el beneficio tras frenarse en la última línea de lo que pudo ser fatal.
Sin embargo, no dejó en claro qué sucederá con Prigozhin y su círculo cercano, pues crecen las especulaciones de que traten de matarlo aun en Bielorrusia por el mayor golpe en la gestión de más de dos décadas de Putin; mientras que medios estatales revelaron que la Fiscalía local tiene abierta la acusación penal contra el insurrecto, contra quien Putin apuntó el pasado 24 de junio como orquestador del amotinamiento desde la frontera para desestabilizar a su nación.
Pero el mandatario ruso asestó que en su territorio “cualquier intento de chantaje o sedición está condenado al fracaso”, al pronosticar que el régimen acabarían rápido con ese levantamiento.
Por separado, Prigozhin desmintió al gobierno al sostener que la llamada “marcha de la justicia” no pretendía derrocar a Putin ni tomar el poder; por el contrario, buscaba revivir a su agrupación y visibilizar los terribles errores de la cúpula militar, al culparla de las bajas sufridas, tras dejarlos sin armas ni municiones y hasta bombardear sus posiciones.
El mando de Wagner reapareció con un audio de más de 10 minutos, sin exponer su paradero, para aclarar que su disputa es contra quienes le mienten a Putin sobre los avances en la invasión. Acusó que supuestos líderes suman a militares sin preparación y sólo consiguen pérdidas ante una contraofensiva fuerte, cuando el régimen pretendía desaparecer a Wagner el próximo 1 de julio.
El mercenario precisó que su meta era defender la permanencia de Wagner y evitar su formalización como tropas oficiales, pero sobre la marcha tuvieron que ajustar su estrategia al ver que Moscú respondería con artillería, pero se especuló que amenazaron a las familias de varios líderes mercenarios para aceptar negociar.
No obstante, el antiguo aliado dio un fuerte golpe a Putin. En la grabación alardeó que lo hecho por los suyos desde Rostov hacia Moscú fue una “clase magistral” de cómo atacar, al criticar abiertamente el plan soviético del pasado 24 de febrero del 2022 cuando invadió Kiev.
En tanto, las milicias que ya han vulnerado al Kremlin aprovecharon el empuje rebelde para convocar a disidentes a sumarse a la Legión Libertad de Rusia para recuperar la nación.
Pero no son los únicos que salen airosos de esta desestabilización, pues ucranianos resaltaron que en ofensivas en paralelo al motín recuperaron Rivnopil, otra aldea en el Donbás, y avanzaron hasta 1.5 kilómetros en el frente de guerra en Melitopol, mientras su líder, Volodimir Zelenski, se dio tiempo de recorrer Donetsk, donde dialogó con combatientes.
En tanto, aliados como Estados Unidos y la Organización del Tratado del
Atlántico Norte (OTAN) rechazaron cualquier relación con este hecho que tacharon de “interno”, mientras que la Unión Europea (UE) pidió calma y esperar a cómo evoluciona la situación, al vigilarla de cerca.