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Reconoce Peña repunte de homicidios;

Graco dice que Morelos es el paraíso

Al fin el Presidente Enrique Peña Nieto reconoció un destacado repunte en los homicidios violentos en lo que va de 2016 en todo el país e hizo un llamado a los gobernadores a hacerse cargo de su responsabilidad en materia de seguridad en sus entidades. Esto desmiente las afirmaciones de Graco Ramírez en el sentido de que Morelos es el paraíso terrenal y que aquí los crímenes, extorsiones y descuartizados van a la baja.

En reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, en su sesión 40 celebrada en Palacio Nacional, se anunció un programa urgente para atender a los 50 municipios con mayor índice de violencia pues concentran el 42 por ciento de los crímenes violentos. ¿De casualidad figurarán Cuernavaca y nuestra entidad como zonas de desastre en materia de inseguridad?

Es de gran importancia que el Consejo Nacional de Seguridad Pública haya decidido fortalecer los Centros Estatales de Prevención  Social y, más aún, que sean abiertos tanto al escrutinio de la sociedad como de los académicos y los defensores de derechos humanos. Falta que gobernadores que niegan el problema de la inseguridad como en Morelos quieran hacerlo.

Sin embargo, de ninguna manera nos basta con que el Presidente reconozca la amarga realidad que vivimos los mexicanos producto de la ausencia de policías profesionales, protocolos de actuación, pésimos servicios de video-vigilancia, la descoordinación entre los tres órdenes de gobierno y el hecho de que tanto los gobernadores como Graco y los alcaldes como Cuauhtémoc Blanco, en Cuernavaca, se nieguen a reconocer la desesperación de los morelenses frente a este creciente problema.

Morelos no es una isla, está en la ruta obligada del narcotráfico entre Guerrero y el Distrito Federal, y por si fuera poco también colinda con el Estado de México, donde la delincuencia y los feminicidios –como aquí- están desatados. Tampoco tiene sentido que se ignore que aquí están instalados varios cárteles del crimen organizado, más los que nos reportan autoridades de Estados Unidos y de los cuales el mandatario estatal decía no tener noticia.

Lo que el Presidente Peña no dijo en la 40 Sesión del Consejo Nacional de Seguridad Pública es qué hará su administración en caso de que los gobernadores –como Graco- no reconozcan siquiera el problema de la inseguridad y mucho menos si continúan empecinados con el hecho de que su “modelo” de seguridad con el Mando Único es el descubrimiento del siglo XXIII en la materia.

Casi cuatro años de anuncios del Ejecutivo Federal de que se combatirán la corrupción y al crimen organizado, y seguimos instalados en lo mismo: en más y más anuncios. Y casi cuatro años también con Graco Ramírez de los cuales le llevó más de dos, según él, reconstruir una policía desarticulada y corrupta, cuando hoy día en la tierra de Zapata el mayor número de quejas por los abusos se los lleva su Policía de Mando Único.

Sin embargo, las fosas clandestinas, las dramáticas crónicas de las familias que han visto a los suyos caer abatidos por no ceder a la extorsión, al chantaje, al derecho de piso, junto con los abogados muertos, los feminicidios, constituyen una realidad amarga que no pueden ser combatidas con palabrería ni con la sistemática negación de la realidad.

 

 

 

 

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