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EL ASALTO A LA RAZÓN

Descomposición generalizada

La desgracia de Guerrero, centrada estos días en la capital Chilpancingo, es muestra escalofriante de la descomposición generalizada en amplias regiones del país.

Cuando no es en Michoacán, Zacatecas, Guanajuato, Colima, Tamaulipas o Sinaloa, la narcodelincuencia salta en Chiapas, Veracruz, Chihuahua, Baja California, Oaxaca, Sonora o el Edomex.

Esquizoides visiones morenistas:

1. Mientras la autopista del sol estaba bloqueada y ocurrían desmanes y el virtual secuestro de guardias nacionales y policías en Chilpancingo, el senador Félix Salgado Macedonio tuiteaba que todo era una “provocación de la ultraderecha, de los enemigos y adversarios de la cuarta transformación, que quisieran una confrontación, balazos y muertos (…). Todos los movimientos sociales son buenos, tienen sus causas (…). Felicito a nuestra gobernadora (su hija) por su actuación con mucha seguridad (…), paciencia y tolerancia…”.

2. Al día siguiente, la titular de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, y el presidente López Obrador afirmaron que la confrontación fue organizada por la narcobanda Los Ardillos con sus bases sociales (entre cuatro y cinco mil personas) como reacción a la captura de dos de sus cabecillas. 

3. La sospechosa alcaldesa Norma Otilia Hernández dijo que no solicitará licencia por la investigación que realiza la Fiscalía General de la República sobre su reunión y la comprometedora grabación con un relevante capo de Los Ardillos: “No sé por qué tendría que pedirla. Los gobiernos de la cuarta transformación respetamos los procesos y si a mí me dicen ‘eres culpable’, yo me voy…”.

(Pese a que apareció saludando y departiendo en un restaurante con el robusto empistolado, afirmó que solo fue “un encuentro fortuito” y que “un diálogo no es un pacto…”).

Liberados por fortuna los rehenes, no es un dato menor que las autoridades hayan negociado con quienes define como delincuentes, porque el combate a la criminalidad no admite acuerdos, sino que se le combate con las capacidades del Estado, sobre todo mediante servicios de inteligencia como los que, precisamente, maneja el Ejército.

Como informó ayer temprano mi compañero Rubén Mosso, la Sedena tiene identificados en Guerrero a 16 principales grupos, a saber:  

Los Rojos, Los Jefes, Los Ardillos, los cárteles del Sur, Independiente y de la Sierra; Guerreros Unidos (con excarcelados por el caso Ayotzinapa), Jalisco Nueva Generación, Los Capuchinos, Los Marín, Los Añorve, Los Granados, Los Chanos, Los Viagras, La Nueva Familia Michoacana y lo que queda de Los Caballeros Templarios, casi todos apoyados por las inconstitucionales policías comunitarias.

Son las bandas que pudren la vida de los guerrerenses y mantienen una pelea por el control territorial y las rutas de trasiego de drogas, el cobro de piso, el narcomenudeo, el secuestro, los asesinatos, la extorsión a empresas mineras, la siembra de amapola, el comercio de cocaína, el control de las plazas, la prostitución y la ordeña clandestina del erario en los municipios...

Ámbito: 
Nacional