Este martes, en Hidalgo, alguien repartió de casa en casa "A gusto del pueblo", un periódico mensual "libre, de alcance nacional". En portada solo había una gran foto de Adán Augusto López -exsecretario de Gobernación y precandidato de Morena- y un titular de su gira por el país. El periodista Bryan Rivera recibió un ejemplar en su casa y lo publicó. Horas después, López llegó al estado y tuvo un evento.
En los últimos meses y en otras ciudades, como Juárez y Ciudad de México, la prensa local reportó coincidencias similares entre la distribución de "A gusto del pueblo" y eventos de López, algunos cuando aún dirigía Gobernación.
Entre febrero y mayo, la autoridad electoral recibió -y desechó- una queja ciudadana sobre el uso del periódico como propaganda electoral. El Instituto Nacional Electoral (INE) dijo que no se probó que "A gusto del pueblo" fuera propaganda, una simulación de actividad periodística, ni que se desviara dinero público para hacer o distribuir el periódico. La campaña de López dijo que no tienen nada que ver con la publicación. Me propuse entender por qué se desechó la queja.
En registros públicos, encontré que el diario pertenece a la empresa Cancún Red Digital 360, fundada en enero de 2022 con dirección en una casa en Cancún. Hallé que es proveedora del gobierno de Quintana Roo y nada más. No encontré que tenga página web ni rastros de su actividad comercial. El número corporativo es un celular. Llamé y pregunté por el periódico. Un hombre dijo: no escucho bien. Colgó y no volvió a responder. Por mensajes y correo, silencio.
Con ese número, en 2021 se registró otra empresa que administra far-fay.com, un medio de información general, con anuncios de Morena. Tampoco respondieron.
Este febrero, "A gusto del pueblo" ingresó al padrón de medios impresos de Gobernación. El registro dice que, desde noviembre de 2022, imprimen 16,000 ejemplares mensuales, reparten 500 por estado y tienen publicidad pagada.
Un guardia del edificio en Polanco, registrado como sede ante Segob, dijo que no conoce el periódico. El número interior es la base de otra empresa. Por teléfono, una mujer allí dijo que no conocía "A gusto del pueblo" y que llamara de nuevo. Llamé varias veces. Nadie volvió a contestar.
Esa otra compañía está registrada como una "consultora en administración". En los últimos años, vendió mezcla asfáltica a Tlajomulco, Guadalajara y El Salto, Jalisco; monitoreó medios en Benito Juárez, en la Ciudad de México, entre otros negocios públicos. Y está conectada, por correos y números en común, con un despacho de impuestos en Polanco y una consultora en Querétaro.
En mayo, el Tribunal Electoral analizó el caso y concluyó: el INE debió investigar a fondo, tuvo una conducta "irregular" y la queja debía sostenerse. En cambio, solo confirmó con Segob que el periódico estaba registrado y concluyó que no era propaganda encubierta.
El Tribunal encontró que el INE ni siquiera se pronunció sobre el parecido entre el nombre de "A gusto del pueblo" y "Augusto López" y la cantidad de notas favorables, y dijo que el quejoso no aportó pruebas, aunque sí lo había hecho. No se investigaron las conexiones con otras empesas, como las que encontré, quién paga la publicidad, ni quiénes son los operadores del medio.
Una semana después, el INE determinó que el periódico solo realizaba una "actividad periodística" y no debía bajarse su página web ni detenerse su circulación.
Casi tres meses después, ahí sigue el periódico, cada mes en su impreso -cada día en su página y redes- publicando noticias favorables a López, grandes fotos suyas y unas pocas notas sobre Morena. En cinco números que se han publicado, solo encontré tres notas relativas al Presidente, el jefe del Ejército y el gobernador de Tabasco. Todas las demás son sobre Adán Augusto. También hay dibujos de un artista colombiano que participó en la campaña del presidente Gustavo Petro.
No es la primera vez en este periodo electoral que el INE parece atrapado entre sus reglas y su incapacidad para reaccionar ante quienes incumplen leyes electorales. Del otro lado, hay una realidad apabullante, con propagandas y giras a todo vapor, que se ven, gastan y operan como campañas, y así deberían ser investigadas, aunque oficialmente sus nombres sean eufemismos partidistas.
@penileyramirez