El Presidente lleva días sembrando la idea de que Xóchitl Gálvez es una simulación.
Una indígena discutible, una marioneta de los conservadores, una falsa triunfadora por su propio esfuerzo.
Las respuestas de Xóchitl Gálvez han salido desde el mismísimo lugar que el Presidente ataca: su condición de triunfadora por méritos propios, como mujer, como empresaria y ahora como aspirante a la Presidencia.
El Presidente acusa sin recato, violando la ley y torturando la verdad, porque lo que quiere es sembrar dudas sobre la autenticidad de Xóchitl rumbo a 2024.
Xóchitl contragolpea cada vez. Hasta ahora el balón ha quedado siempre, desinflado, en la cancha del Presidente. Y el público va tomando partido por la jugadora más débil que es, sin embargo, la que mete los goles.
En la esgrima de Xóchitl con el Presidente va y viene un tema central sobre las propuestas de país que competirán en 2024.
Es la visión de los pobres.
El Presidente ve a unos pobres que hay que ayudar con programas sociales, porque no pueden solos. Ve a unos pobres que serán siempre subsidiados y, por lo mismo, aliados del gobierno.
La visión de Xóchitl, probada con su historia de vida, es que los pobres merecen y pueden más: no sólo recibir dinero, sino también los instrumentos necesarios para salir adelante por ellos mismos. El suyo es un ejemplo claro de que se puede salir adelante viniendo de abajo. Una historia de pobreza con movilidad social, con oportunidades y logros personales, no sólo con subsidios del gobierno.
Si algo hay en el corazón de los liberales salvajes mexicanos es la certeza de que pueden hacer las cosas por sí mismos, salir adelante con su esfuerzo, superarse y dar a sus hijos una vida mejor que la que ellos tuvieron.
La vertiente aspiracionista ganadora que representa Xóchitl Gálvez es más popular que la vertiente asistencialista del gobierno, que supone un mundo de pobres estático, indefinidamente subsidiado.
La pobreza de que habla Xóchitl, por experiencia propia, puede y quiere más que lo que el Presidente le ofrece a los pobres.