López-Gatell como indicador
¿Hay algún elemento de verdad en esta visión? Las tendencias internacionales configuran a México como uno de los destinos más importantes para la inversión extranjera en el curso del próximo lustro o incluso de la próxima década.
Sin embargo, algunos de los inversionistas extranjeros han empezado a preguntar cuál es el futuro del sistema político mexicano y en qué medida podría tener algún nivel de riesgo si se configurara una circunstancia adversa para la inversión extranjera.
En el corto plazo no se percibe ningún elemento que vaya a generar una circunstancia irreversible. Sin embargo, si vemos la perspectiva de un lustro o incluso de una década, no sabemos bien a bien lo que pueda configurarse.
Una discusión respecto a esta visión tiene que ver con la estrategia económica.
Me refiero a las perspectivas diferentes que existen entre los candidatos por parte de Morena y también por parte de la oposición.
Es distinta la visión de Claudia Sheinbaum, que reproduce la perspectiva del actual gobierno, respecto a la que tiene el excanciller Marcelo Ebrard, que tiene una óptica diferente.
Algunos apluadimos sin cortapisas a Ebrard cuando señaló que él no invitaría a su gabinete a López-Gatell.
Sin embargo, a algunos de los militantes más duros de Morena no les cayó nada bien esa declaración.
Uno pensaría que se trata de un tema relacionado sobre todo con el ámbito de la salud, pero en realidad abarca otros asuntos, como el de la seguridad social o el retiro.
El hecho es que implícitamente, Ebrard está criticando una estrategia de salud que condujo a que hubiera más de 700 mil fallecidos en exceso.
¿Cómo puede ser posible que una aproximación a la pandemia tan desastrosa como la vimos pueda hablar de los resultados de la aplicación de los programas en contra de la pandemia?
Es todo un contrasentido que quien perdió una batalla esté argumentado respecto a las estrategias que tienen que seguirse.
La gente ya se siente liberada de las restricciones a la movilidad y a la convivencia social.
Si ahora llega una advertencia, como la que hizo la UNAM hace un par de días, tendremos un ambiente complejo, lleno de señales cruzadas.
Pero lo peor es que quienes conocemos un poco del ambiente interno previo a la postulación de un nuevo rector de la UNAM, lo cual ocurrirá en un lapso de unos pocos meses, sabemos que el entorno es muy complejo, y algunos integrantes de la 4T van a tratar de meter la mano.
El mundo sigue estando muy extraño, con cambios muy amplios en las perspectivas geopolíticas.
Si alguien pretende anticipar lo que va a pasar en las elecciones de noviembre de 2024 en Estados Unidos y sus secuelas, por ejemplo, ha perdido toda la perspectiva.
Ni para qué le cuento los que imaginan que pueden influir en la negociación entre Rusia y Ucrania.
Pero, en Estados Unidos no hay candidatos demócratas que tomen la batuta.
Biden navega a la deriva.
Aunque en las últimas semanas ha existido toda una discusión respecto a los temas que comentamos, no hay claridad de para dónde soplarán los aires en el curso de los siguientes meses.
Y el mundo, y México, estaremos al garete.