Mientras el mandatario supone que hay tiempo para enmendar lo que imagina una superable falla de procedimiento, la Secretaría de Educación se escuda en la mentira de que “hasta el momento no ha sido notificada oficialmente del requerimiento de amparo al que se refieren hoy diversos medios de comunicación…” (con otra semejante falsa coartada, por estar “de vacaciones”, la Consejería Jurídica del Poder Ejecutivo federal se dio por ignorante de una decisión del INE).
Como desde hace dos meses la SEP ha desacatado la orden judicial de suspender la impresión y distribución de los nuevos libros de texto gratuito, la misma juez titular del Juzgado Tercero de Distrito en Materia Administrativa que concedió la suspensión provisional y el amparo definitivo contra sus contenidos, Yadira Medina Alcántara, fijó este lunes un plazo incumplido de 24 horas para obedecer la orden de revisar y rediseñar los manuales de enseñanza básica para el ciclo que comenzará a finales del presente agosto.
La resolución mandataba que se cumplieran los requerimientos previstos en la Constitución y en la Ley General de Educación.
Entre los principales reproches figura que no se realizaron pruebas piloto para modificar el Plan de Estudio para la educación preescolar, primaria y secundaria, a pesar de que así lo ordenó un decreto publicado en 19 de agosto de 2022 en el Diario Oficial de la Federación.
No se conoce el resultado de una sola evaluación. Tampoco se han dado a conocer los programas detallados para cada grado.
“Sin embargo, se imprimieron libros de todos los grados, desapareciendo los que hasta ahora se utilizaban para las diversas materias“, escribió la experta en educación Alma Maldonado, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).
Ayer en la mañanera, interrogado sobre el emplazamiento de 24 horas, AMLO aseguró:
“No hay ningún impedimento, los libros van a llegar para el reinicio a clases el día 28 de este mes. Van a estar ya los libros, no hay ningún juicio de amparo que impida que se distribuyan los libros, no hay nada que impida eso. Se está planteando que no se distribuyan a las escuelas o a los niños hasta que no se presenten los planes de estudio…”.
Poco frente a lo que falta: lo que también se le pide a la SEP es rehacer los libros y asegurarse de que en su rediseño participen expertos, padres de familia y representaciones de las entidades federativas, porque lo ya impreso y distribuido son libros elaborados, supuesta y únicamente, por profesoras y profesores cuya identidad, preparación, planeación y acuerdos se mantendrán en secreto, durante cinco años, como si fuera tema de seguridad nacional.
Y para todo eso no serán suficientes los tristes 26 días que faltan para el arranque del nuevo ciclo escolar.