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EL ASALTO A LA RAZÓN

No dijo lo que dijo y sigue repitiendo

 

Se queja el presidente López Obrador de que los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación “le quitaron toda la esencia y también la forma; la forma, sobre todo, que es fondo”, a sus dichos contra Xóchitl Gálvez y de acusarlo de ejercer contra ella violencia política de género.

Pues debiera agradecérselos en vez de reprocharlo, ya que la forma como suele atacarla no solo ha sido machista y despreciativa, sino burlona.

“La escogieron porque piensan que van a engañar con una mujer que nace en un pueblo”, dijo el 10 de julio, y al día siguiente la empaquetó entre los que “son peleles, son títeres, empleados de la oligarquía. Sí, pero ya, ya, ya, es complemento, es accesorio, es aderezo, nada más es la señora Xóchitl”, porque “ya hicieron la consulta arriba, ya Salinas, y Fox, y Calderón, y Claudio, y Roberto Hernández, y Diego, ya, ya decidieron, o sea, ya lo demás es pura faramalla”.

El 14 de julio:

Me enteré de que se reunieron Claudio, Fox, Castañeda, de estos intelectuales, Aguilar Camín, y se pusieron de acuerdo y decidieron en favor de Xóchitl” (…). Buscan un personaje, dicen: ‘Bueno ¿quién? Pues Xóchitl, porque nació en un pueblo, habla a veces con groserías, ¿no?, es popular…”.

La mujer que describe carece de voluntad y por ella deciden hombres. 

17 de julio: 

“Es la candidata de los potentados del bloque conservador, de los corruptos, y ahora nos quieren vender otra farsa, que una mujer que empezó vendiendo gelatinas ha logrado superarse…”.

Sin embargo, según dijo ayer, “los magistrados mienten, calumnian, actúan de manera falsaria, son capaces hasta de alterar mis expresiones, mis palabras (…). Me acusan de violencia política de género”.

Y tanto se da por sorprendido que enfatiza:

“¡Violencia política de género!, y lo que hacen es atribuirme expresiones que yo no expuse en esta conferencia”. 

Soltó una intimidante baladronada:

Podría solicitar un desafuero, y tengo elementos, pero no lo voy a hacer porque los convertiría yo en mártires vivientes”.

Tergiversando sus propias palabras, pretendió justificar toda su violencia política de género contra Xóchitl:

“Que dije: ‘Fue elegida por un grupo de hombres que la han impuesto’. Reverendos falsarios. ¿Cuándo dije eso?”.

Alguien le hizo notar que sí, que dijo que eran puros hombres, y el Presidente se empantanó: 

“Sí, pero… ¡pues son ellos”, o sea, ‘La van a utilizar para engañar al pueblo’; esa fue la frase por la que hay violencia política de género (pero) esto fue lo que dije: ‘Entonces, la escogieron porque piensan que van a engañar con una mujer que nace en un pueblo de Hidalgo —¿en dónde está la violencia de género?— y que habla de manera coloquial, directa, dice groserías —¿estoy mintiendo…?”.

Miente, sin duda.

Quiere acomodar sus ataques en la falacia de que la “mafia del poder” (integrada solo por hombres) maneja como títere a quien le niega la capacidad de ser ella misma y que el propio Presidente convirtió en la más reciente y peor de sus pesadillas.

Ámbito: 
Nacional