Aunque el problema clave de los nuevos libros de texto es pedagógico y sea regresivo y dogmático su sesgo sectario y mentiroso (dan por cierta la patraña del “fraude electoral” en 2006), su concepción es marxoide-chavista, inspirada en el romanticismo “revolucionario” de los primeros dos tercios del siglo XIX, cuando emergieron en el mundo supuestos movimientos de avanzada que fracasaron de modo estrepitoso.
De aquellos episodios –ya muy polvorientos y superados– se nutrieron las guerrillas de Genaro Vázquez Rojas, Lucio Cabañas y las urbanas de los años 70, como también el zapatismo del subcomandante Marcos quien, diez años después de organizar a los indígenas de Las Cañadas y Los Altos de Chiapas, al salir de la clandestinidad se topó con otro mundo y jamás pudo cumplir su sueño de ocupar Palacio Nacional como en 1917 lo hicieron los guardias rojos con el de Invierno en San Petersburgo.
La SEP se niega a revelar, y lo mantendrá en secreto por cinco años, la manera como fueron elaborados los nuevos libros, pero uno de sus autores intelectuales es el economista Luciano Concheiro Bórquez, subsecretario de Educación Superior, quien pastorea a dos tipos de cuidado: Marx Arriaga Navarro, director de Materiales Educativos, y su achichincle venezolano Sady Arturo Loaiza Escalona, ex colaborador del golpista Hugo Chávez y ex funcionario del tirano Nicolás Maduro.
El poder, la prominencia y el apoyo presidencial a Concheiro son tan decisivos que conserva el cargo pese a que, en un foro sobre el comunismo celebrado hace casi cuatro años, dijo esto en El Colegio Nacional:
“Frente a la caída del Muro de Berlín y con ello la derrota del socialismo real y el avance de la noche neoliberal, festejar el comunismo desde nuestro país nos parece esencial en este momento si lo que pretendemos es transformar nuestra lacerante realidad, porque hay que ir más allá de la lucha contra el modelo neoliberal, más allá de una transformación democrática del régimen político. Debemos proponernos el comunismo como sociedad emancipada de toda explotación del ser humano y de destrucción de la naturaleza. Hay que superar el capitalismo patriarcal y ecocida…”.
De ahí que la semana pasada (2 de agosto), para defender los indignantes nuevos ejemplares de enseñanza básica, Marx Arriaga tuiteara (o exara):
El tema del libro de texto ocupó ayer 11 primeras planas, amenazaron con 9 años de prisión. Por la NEM, por los libros, por la reivindicación del maestro, no doy 9 años, doy la vida. Vengan por ella, pero eso sí, no me van a encontrar arrodillado... ¡Me encontrarán trabajando!”, mensaje que ilustró con la imagen y una consigna que se atribuye a Vázquez Rojas: “Lograr la liberación de México y una patria nueva, o morir por ella”.
De la misma secta de chapulines colorados es otro locochón del nuevo catecismo progre: el bravucón Etien Daniel Fass Alonso, quien se ostenta “músico, compositor y humanista mexicano, maestro activista para la transformación en las políticas públicas aquí y acullá…”.