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TEMPLO MAYOR

¡QUÉ DESASTRE! Por donde se le vea, al gobierno federal le falló la apuesta de invitar a Donald Trump a platicar con Enrique Peña Nieto.

Y LA CULPA no es del republicano, pues él sólo vino a hacer lo suyo: sacar raja electoral, tratando de acercarse al electorado latino al retratarse muy sonriente al lado de su amigou, el Presidente mexicano.

EN CAMBIO, para Los Pinos las cuentas de la visita nomás no cuadran. Tan es así, que unos a otros en el gabinete presidencial se echan la bolita sobre quién diablos es el responsable de este fiasco.

UNOS QUISIERON echarle la culpa al responsable de la política hacia Estados Unidos, el subsecretario Paulo Carreño, pero resulta que éste, en realidad, andaba en Milwaukee.

OTROS, por supuesto, se le fueron encima a la canciller Claudia Ruiz Massieu, aunque en la SRE insisten en que a ellos los tomó por sorpresa la visita de Trump. Y dicen que, más bien, hay que voltear hacia otro lado del gabinete.

TAL VEZ por eso CNN le atribuyó la autoría de la visita a Luis Videgaray. Aunque en Estados Unidos se afirma que los detalles fueron planchados por el jefe de la Oficina de la Presidencia, Francisco Guzmán, y el yerno de Trump, Jared Kushner.

TOTAL que nadie sabe quién es el responsable. Para variar, el que cargó con todo el bulto fue el Presidente. Y, al final, en su discurso en Arizona, Trump no se movió un ápice en su dureza migratoria.

 

 
POR CIERTO que su equipo dejó solo a Peña Nieto mientras las redes sociales le tundían por el encuentro con Trump.

LOS ÚNICOS que asomaron la cabeza en Twitter, pero ya a toro pasado, fueron Ruiz Massieu y el dirigente priista, Enrique Ochoa. En cambio las cuentas de Miguel Osorio Chong, Luis Videgaray, Aurelio Nuño y José Antonio Meade estuvieron calladitas en cuanto a ese tema.

 

 
AL QUE nomás no dejan descansar es a Juan Gabriel, cuyos restos se siguen peleando los políticos.

EL CHIHUAHUENSE César Duarte le ganó la mano al gobierno federal porque será en Ciudad Juárez el primer homenaje al compositor.

EL ALCALDE Noé Zamora está duro y dale con que el autor de "Querida" debe ser enterrado en Parácuaro, al lado de su madre. El gobernador Eruviel Ávila quiere ponerle el nombre de Juanga al nuevo auditorio en Ecatepec. Y Andrés Manuel López Obrador ya hasta hizo un video para hablar del divo (no él, el otro).

PERO el que se voló la barda fue el senador Marco Antonio Blásquez, del PT, quien pidió bautizar con el nombre de Juan Gabriel... ¡el Palacio de Bellas Artes! ¿Pero qué necesidad?

 
 
 
 
 

Ámbito: 
Nacional
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