El miércoles 9 de agosto, el Frente Amplio por México anunció a sus cuatro aspirantes de salida para la candidatura presidencial de 2024.
El jueves 10 los reunió a todos en un foro para que expusieran sus ideas sobre el país, lo que piensan como candidatos y lo que harían, si ganan, como presidentes.
Por si alguien no lo tiene claro, estamos hablando del primer foro de aspirantes presidenciales del Frente Amplio por México, la alianza de la oposición por la que votó, en 2021, 40 por ciento de los mexicanos.
El Frente es una de las dos alianzas electorales, sólo dos, que se disputarán el poder en México en las elecciones de 2024.
Los medios registraron estos momentos cruciales del Frente con una indiferencia, para mí, inexplicable.
Tanto el anuncio de la cuarteta de aspirantes, como el primer foro de las primarias presidenciales del Frente, fueron transmitidas en sitios noticiosos marginales, como hechos políticos de poca monta.
A nadie se le ocurrió que el asunto mereciera horarios estelares de televisión y radio.
Fue como si los grandes medios estadunidenses hubieran faltado al primer debate de las elecciones primarias del Partido Demócrata o del Partido Republicano.
El primer foro de las primarias del Frente fue tratado como asunto político de rutina, de discutible interés. Pudo verlo en vivo y en directo un porcentaje ridículamente bajo de ciudadanos.
Los estrategas del Frente pueden ser culpados por no haber difundido bien lo que traían entre manos: nada menos que cuatro semifinalistas de la final de la Champions League electoral de México.
En un entorno normal de medios, creo, los estrategas del Frente no hubieran tenido que “vender” lo que ofrecían. El hecho se hubiera vendido solo. Los medios lo habrían cubierto a tope, dadas su obvia importancia y su novedad intrínseca.
No entiendo lo que pasó con los medios aquí: si han perdido el olfato periodístico de lo que importa en la sucesión o sólo siguen pensando que la oposición no existe...