"El dinero es mejor que la pobreza, aunque sólo sea por razones financieras".
Woody Allen
TIJUANA.- La pobreza bajó entre 2020, el año de la pandemia, y 2022; hay un descenso, incluso, ante las cifras de 2018. Lo sugería ya la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH); lo ha confirmado el informe del Coneval sobre la pobreza.
Felicidades al gobierno del presidente López Obrador, quien declaró el 11 de agosto: "Hay menos pobreza y menos desigualdad en nuestro país, esto es un gran logro. Creo que ese es el objetivo principal de cualquier gobierno, lograr la justicia y la felicidad del pueblo y por eso estoy muy contento... Esto no nos lo van a poder quitar, esta alegría que nos produce el que haya menos pobres en nuestro país. Eso sí me llena de orgullo".
Las cifras de la Medición de pobreza 2022 del Coneval dicen que la población en situación de pobreza, que aumentó de 41.9 a 43.9 por ciento entre 2018 y 2020, bajó en 2022 a 39.6 por ciento. No es una reducción pequeña. El número de pobres se redujo de 51.9 millones en 2018 a 46.8 millones en 2022. Más de 5 millones de mexicanos dejaron de estar en lo que el Coneval llama "pobreza multidimensional". Como el tamaño total de la economía apenas se ha recuperado al nivel de 2018, mientras que el Producto Interno Bruto per cápita se mantiene por debajo del inicio del sexenio, esta disminución no es producto de un aumento de la riqueza. En 2018 el PIB por persona en México era de 147,844 pesos; en 2020 cayó a 132,876, pero para 2022 subió a 142,030, un gran avance frente a 2020, pero todavía lejos de 2018 (cifras ajustadas por inflación; pesos de 2022, INEGI, El Economista).
Si el PIB per cápita es menor que el de 2018, ¿por qué vemos una disminución de la pobreza? Una posible explicación son los programas sociales: el gobierno está repartiendo enormes cantidades de dinero en transferencias directas a millones de familias. Otro factor son las remesas.
La significativa reducción de la pobreza general, sin embargo, no se ha visto reflejada en la pobreza extrema. Esta subió de 7 a 8.5 por ciento entre 2018 y 2020, y ha bajado a 7.1 por ciento en 2022. Si bien la tendencia descendente es clara, el nivel sigue siendo superior al del inicio del sexenio. ¿Por qué? Quizá esos programas sociales que ayudaron a bajar la pobreza no están suficientemente focalizados en los más pobres. Es posible que haya que cambiar el lema del gobierno de "Primero los pobres" a "Primero los pobres, pero no los más pobres".
Otros indicadores son más inquietantes. El rezago educativo, que era de 19 por ciento en 2018, ha subido a 19.4 en 2022. La carencia por acceso a servicios de salud se ha disparado de 16.2 a 39.1 por ciento, en buena medida por la cancelación del Seguro Popular: ¡30.3 millones de mexicanos han dejado de tener acceso a la salud! El Presidente ha tratado de minimizar el resultado diciendo que es producto de que los mexicanos no entienden que "ya ahora es atención médica gratuita y ya no se necesita ningún tipo de seguro, pero ahí va a ir poco a poco entendiéndose". Esto, sin embargo, solo puede decirlo quien ignora cuánto se han deteriorado los servicios de salud.
Hay una pregunta más de fondo que el Presidente no se hace. Es positivo que la pobreza general haya disminuido por el reparto de grandes cantidades de dinero; pero si la economía no crece, tarde o temprano se acabarán los recursos para estas dádivas. Si el gobierno sigue impulsando políticas que inhiben la inversión productiva, los avances en la lucha contra la pobreza tarde o temprano se revertirán por falta de recursos. Los ejemplos de Argentina y Venezuela, para no hablar de Cuba, así lo sugieren.
· ACUEDUCTO
La falta de agua ha sido el gran problema de la producción vitivinícola del Valle de Guadalupe, Baja California. Hay un proyecto para construir un acueducto de agua tratada entre Tijuana y el valle. El problema es conseguir el dinero, que podría venir de los gobiernos federal y estatal, pero también de empresarios privados.