"No existe una sola evidencia de daño por el uso de organismos transgénicos y sus productos".
Francisco Bolívar Zapata
NIZA.- El presidente López Obrador ha tratado de justificar la prohibición de importar maíz genéticamente modificado por un supuesto daño a la salud, pero no hay ningún indicio de que ese daño exista. Además de ser sometido a las usuales pruebas de inocuidad, los productos transgénicos han sido consumidos de manera cotidiana desde hace más de tres décadas por cientos de millones de humanos, además de ganado y aves de corral, sin un solo caso registrado de daño a la salud.
El rechazo a los transgénicos es producto del dogma y la ignorancia. Un grupo de activistas conservadores ha mantenido desde hace años un movimiento en todo el mundo para oponerse a la innovación biotecnológica. María Elena Álvarez-Buylla, hoy directora del Conahcyt, ha escrito: "Me preocupa que últimamente estamos engolosinados con la palabra 'innovación', porque hay presión de los intereses corporativos de utilizar la ciencia como un insumo, no para generar conocimiento de frontera, en beneficio de la sociedad, sino para generar más ganancia". Son argumentos políticos, "anticapitalistas", no científicos.
El Presidente se dice convencido de que el panel de controversia del T-MEC le dará la oportunidad de comprobar los daños del maíz transgénico. "Es importante porque no es un asunto nada más de México, es un asunto que le[s] va a ayudar a los consumidores de Estados Unidos y de todo el mundo. El panel nos va a permitir presentar pruebas y hacer propuestas".
No sé qué pruebas científicas puedan presentar. Los organismos genéticamente modificados (OGM) han sido investigados a fondo desde hace décadas. Tanto la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos como la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria han concluido que no ponen en riesgo la salud. Según la FDA, los OGM "son cuidadosamente estudiados antes de ser vendidos al público para asegurar que son tan seguros como los alimentos que actualmente consumimos. Estos estudios muestran que los OGM no tienen efectos diferentes a los alimentos no modificados... Los OGM son tan saludables y seguros para comer como sus contrapartes no modificadas genéticamente".
Supongo que AMLO ha puesto ya a sus "científicos" a trabajar a marchas forzadas para probar que sí hay daños. No sería la primera investigación hecha a modo con ese propósito. El francés Gilles-Éric Seralini publicó en 2012 en Food and Chemical Toxicology un estudio que supuestamente demostraba que un grupo de ratas alimentadas con maíz transgénico registraba un aumento en tumores. De hecho, dio a conocer fotografías de las ratas, con tumores de gran tamaño, que conmocionaron a la opinión pública. Muchos científicos, sin embargo, pronto cuestionaron el experimento y los resultados, señalando que el número de ratas era muy pequeño, que la cepa Sprague Dawley era especialmente susceptible a tumores y que los animales habían sido alimentados con lo que sería el equivalente a toneladas de maíz en un ser humano. La revista se retractó de la publicación.
En vez de inventar pruebas, el Presidente podría consultar el libro Transgénicos que coordinó Francisco Bolívar Zapata, uno de los grandes bioquímicos mexicanos, ganador del Premio Príncipe de Asturias, publicado por la Academia Mexicana de Ciencias. Ahí se anota, con mucho soporte documental: "La biotecnología y los transgénicos usados responsablemente no representan daño alguno a la salud, a la biodiversidad ni al medio ambiente". Desafortunadamente, López Obrador cree saber más que los especialistas. Por eso declaró este 18 de agosto: "No vamos a permitir que se utilice maíz transgénico para el pueblo de México".
· REMESAS
Era demasiado bueno para ser verdad. Un reportaje de Diego Ore de Reuters, publicado el 18 de agosto, muestra las maneras en que los narcotraficantes están repatriando utilidades a través de las remesas. Ya se sospechaba, pero este es el primer trabajo periodístico serio que lo muestra con claridad.