"Todos venimos del mar y de regreso al mar iremos. El Mediterráneo dio luz al mundo".
Anders Lustgarten, Lampedusa
MEDITERRÁNEO.- No debe asombrarnos que algunas de las primeras culturas prósperas y vigorosas de la antigüedad hayan surgido alrededor del Mediterráneo. Este mar casi cerrado, bordeado por el sur de Europa, el Levante y el norte de África, fue un vehículo para el comercio entre comunidades muy distintas; y el comercio ha sido siempre el cimiento de la prosperidad y la civilización.
Lo ha descrito Matt Ridley, el biólogo evolutivo y comentarista económico británico: "Cuando el Mediterráneo tenía una red social creada por los barcos mercantes de los fenicios, los griegos, los árabes o los venecianos, la cultura y la prosperidad avanzaron. Cuando las redes comerciales se desmoronaron por los piratas del segundo milenio antes de Cristo, o en el Medievo, o en el siglo XVI por los corsarios de Barbaria o del Imperio Otomano, la cultura y la prosperidad se estancaron" (WSJ, 24.9.2011).
El mismo Ridley, autor de El optimista racional y La evolución de todo, entre otros libros, señala que la gran ventaja competitiva de los humanos ante los neandertales no fue la capacidad craneana, ya que la nuestra era menor, sino la habilidad para comerciar. "En un sitio del Cáucaso hay restos de Neanderthal y modernos a unos cuantos kilómetros entre sí, los dos de hace alrededor de 30 mil años. Las herramientas de los neandertales están hechas todas de materiales locales; las de los modernos, de esquisto y jaspe, algunas de las cuales se originaron a muchos kilómetros de distancia. Esto significa comercio".
"El Homo sapiens es una especie cooperativa", ha escrito Johan Norberg en Open: The Story of Human Progress. "En comparación con otros animales, no somos particularmente fuertes o veloces, no tenemos armadura, no podemos volar y no somos muy buenos para nadar. Pero tenemos algo que nos da una ventaja abrumadora: nos tenemos los unos a los otros... El hombre es un comerciante por naturaleza... Compartir conocimientos y bienes hizo posible para los humanos sobrevivir y prosperar en climas inhóspitos en todo el planeta".
A lo largo de la historia hemos visto cómo los pueblos pueden tratar de prosperar a través de la conquista violenta y la explotación o del comercio. Si bien la conquista puede generar una sensación temporal de triunfo, el predominio de la potencia conquistadora suele durar poco. En cambio, el comercio genera una prosperidad duradera porque se basa en acuerdos mutuamente benéficos. Por eso, como ha observado Steven Pinker en Los mejores ángeles de nuestra naturaleza, los tiempos de prosperidad a través del comercio han sido también los tiempos con menores índices de violencia en la historia: "Varios estudios muestran que las economías abiertas y el libre comercio se correlacionan negativamente con el genocidio y la guerra".
Para el pensamiento conservador, sin embargo, el comercio ha sido siempre un enemigo. Donald Trump se quejaba del daño que el comercio había causado a la economía de Estados Unidos. Algunos supuestos progresistas mantienen también esta posición conservadora. Durante mucho tiempo, como advierte Norberg en The Capitalist Manifesto de 2023, los progresistas se oponían al comercio porque decían que hacía daño a los países pobres; pero ahora, cuando es claro que ha permitido avances importantes a las naciones menos desarrolladas, lo cuestionan porque supuestamente empobrece a los países ricos.
La historia nos dice algo muy distinto. Los tiempos en que hemos comerciado más hemos prosperado y gozado de un mayor y pacífico desarrollo cultural. Cuando se han impuesto los fantasmas del proteccionismo, todos hemos salido perjudicados.
· VENGANZA
AMLO, quien siempre dice que "No es mi fuerte la venganza", anunció ayer una denuncia en contra del ministro de la Suprema Corte Luis María Aguilar por no haber resuelto en ocho meses un caso fiscal. Es una venganza abierta por sus decisiones sobre los libros de texto.