‘Nada que ocultar’
La votación en la Suprema Corte, que autorizó al Inai sesionar con cuatro integrantes, exhibió el talante mojigato del gobierno más opaco y corrupto de este siglo.
Esconde bajo llave la información de lo que gasta y a quién favorece con sus compras, pero exhibe con manipulación y escarnio el ingreso de periodistas y opositores, que son privados, y es ilegal darlos a conocer.
A lo que la Constitución los obliga a informar, porque es el uso del dinero público que ellos manejan, lo ocultan y le sacan la vuelta.
Y lo que tienen prohibido dar a conocer porque es del ámbito privado, lo enseñan en Palacio Nacional, con pantallas y a todo el país.
Desde que estaban en la oposición, los actuales gobernantes acusaron a todos los funcionarios federales de hacerse ricos al amparo de contratos que salían a la luz pública en la prensa nacional.
Tiznaron a medio México y llegaron al poder con la promesa de hacer todo transparente, con honradez, pero lo que hicieron fue apagar la luz para ocultar sus negocios.
Y cuando se dan a conocer algunos de los escandalosos y millonarios arreglos de los funcionarios morenistas, culpan a los dueños de los medios que los publican, atacan a los periodistas que consiguen los datos y a los ministros de la Suprema Corte que los obligan a subir el switch.
“Ahora son con nosotros muy exigentes, pero nosotros no tenemos nada que ocultar, es transparencia completa, plena, porque una regla de oro de la democracia es la transparencia, ¿qué vamos a ocultar? Nada”, dijo el presidente López Obrador.
Si no hay “nada que ocultar”, ¿por qué lo esconden?
El miércoles la Segunda Sala de la Suprema Corte autorizó al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) sesionar con sólo cuatro integrantes, y de esa manera puso fin a la secrecía ordenada por el Presidente sobre el manejo de los recursos públicos.
En marzo pasado el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, fue al Senado a transmitir a los legisladores del bloque gobernante la instrucción del Presidente de no hacer los nombramientos necesarios en el Inai a fin de paralizarlo.
Curiosa manera de entender esa “regla de oro de la democracia, la transparencia”.
Lo que gasta, cómo lo gasta, qué compra y a quién le compra, quedaron sellados con el manto de la secrecía.
Ello originó que, sólo del 1 de abril al 15 de agosto, se quedaron sin respuesta ocho mil 236 recursos presentados por omisiones y deficiencias en las respuestas de las dependencias públicas, de acuerdo con lo publicado ayer por en estas páginas.
Las tres dependencias más opacas, que no hicieron transparente su información, tan sólo en estos cuatro meses y medio, son el IMSS, la SEP y la Cofepris.
Esto que algunos llaman “izquierda”, en realidad es un grupo de impostores.
México vive, en manos del actual gobierno, la peor crisis de salud desde hace por lo menos un siglo.
Y el Seguro Social acumuló en estos meses 960 impugnaciones por falta de transparencia.
La SEP, autora de un crimen contra el futuro de decenas de millones de niños a los que cortó acceso a alimentos, cuidados, educación sin odios ni prejuicios, ocultó 490 respuestas satisfactorias.
En medio de escándalos que han costado vidas y obstruido los tratamientos médicos a otros tantos millones de mexicanos, la Cofepris acumuló en menos de cinco meses 369 recursos pendientes de revisión.
Hay un gobierno que no quiere rendir cuentas y viola el derecho a la información de la ciudadanía.
Ya en noviembre de 2021, en el Diario Oficial de la Federación, el gobierno declaró de seguridad nacional todos sus megaproyectos, entre éstos, el Tren Maya, el Aeropuerto Felipe Ángeles, la refinería de Dos Bocas o el Corredor Transístmico, entre otros.
No conforme con eso, después bloqueó la integración del Inai para apagar la luz en todo.
¿Qué esconde?
Ahí está el país, sin medicinas, pero con bardas y pintas de Morena y sus corcholatas en las carreteras, las ciudades, hasta en las casas de zonas rurales.
“Nada que ocultar”.
Sí, cómo no.