En lo “humanístico” se depositan las aberraciones “históricas” que contienen, donde lo “científico” fue sustituido por supercherías facciosas pese a que AMLO cree que “son muy buenos los que hicieron los libros, son profesionales, expertos”.
Colosales disparates demuestran que los autores (dirigidos por el titular de Materiales Educativos, Marx Arriaga, y su lugarteniente venezolano-chavista-madurista Sady Loaiza), a falta de ilustración pedagógica, se formaron con panfletos, volantes y pancartas, porque no tomaron en cuenta las evidencias científicas para reseñar, por ejemplo, el asesinato (hace 50 años) del emblemático empresario Eugenio Garza Sada ni las elecciones de 2006.
1.- No llaman “secuestro”, sino “intento de retención” al crimen de la Liga Comunista 23 de Septiembre y, en vez de “asesinato”, hablan de “la pérdida” de vida como razón de su “ausencia”.
2.- Afirman: “La elección de 2006 fue un fraude” que nadie nunca demostró, con “el relleno de urnas, la alteración de actas y la manipulación de resultados, le dieron el triunfo a Calderón…”.
Respecto de las guerrillas de los 60 y 70, López Obrador arguye y equipara:
“Tuvieron que tomar las armas porque se padecía de autoritarismo, como lo hizo el cura Hidalgo. Madero llama a tomar las armas y era pacifista, un hombre bueno. ¿Y por qué Genaro Vázquez Rojas, por qué Lucio Cabañas? Porque no había libertades y se reprimía a los campesinos, a los maestros…”.
Que AMLO no lo sepa es explicable (en 1969, después del movimiento estudiantil y la matanza de Tlatelolco, se dio de alta en el PRI), y su exaltación de esas guerrillas explica que haya impuesto a Rosario Piedra para chatarrizar la CNDH, pues su desaparecido hermano Jesús formaba parte del comando asesino.
Nada, sin embargo, justifica que sus “expertos” no consultaran Madera, el órgano de propaganda en que se autorretrató la célebre organización extremista que combatió a figuras como Echeverría, Portillo y Nixon, al imperialismo yanqui, al comunismo soviético y el revisionismo chino, pero también a Lucio Cabañas, Fidel Castro y Demetrio Vallejo por estimarlos “pequeño burgueses” y se ufanaba de sus sanguinarias purgas como ésta de 1975:
“El viernes 2 de mayo por la mañana, en una obra en construcción en la colonia Agrícola Oriental del DF, una brigada de la Liga, al estar cumpliendo algunas de las tareas a través de las cuales los revolucionarios organizados ejercen la dirección revolucionaria hacia el movimiento de masas, son ajusticiados un maestro albañil y un carpintero, obreros aristocratizados que intentaban a toda costa impedir el desarrollo de las tareas revolucionarias”.
Libros, como se ve, plagados de infamias y mentiras...