"Y no por nada, no lo digo yo, lo dicen los medios, hasta nuestros adversarios lo dicen, llevamos un año arriba en las encuestas".
Claudia Sheinbaum
Claudia Sheinbaum tiene razón. Hoy es la favorita. Si las elecciones para la Presidencia se llevaran a cabo esta semana, tendría casi asegurado el triunfo. No lo digo yo, sino las encuestas. Y no es porque ella tenga las mejores propuestas, ya que no las hemos podido conocer hasta este momento, ni porque tenga un gran carisma personal, que no lo tiene, sino simplemente porque se le percibe como la candidata que desea impulsar un Presidente muy popular.
López Obrador está logrando la designación que dijo su dedito sin tener que recurrir a un dedazo tradicional. Le levantó la mano a Sheinbaum mucho antes de que se iniciara el proceso, impuso reglas en la selección interna de Morena que favorecían a la candidata que ya se encontraba en primer lugar, hizo caso omiso de un gasto enorme en espectaculares y de otras formas de promoción anticipada. Marcelo Ebrard protestó en varias ocasiones por las ventajas que recibía la favorita, y también Ricardo Monreal, pero las protestas nunca prosperaron. De hecho, los aspirantes han firmado un compromiso de que no cuestionarán el proceso sin importar las irregularidades que se registren. Claudia tiene así la mesa servida desde un principio.
Del lado de la oposición, se espera que Xóchitl Gálvez resulte la seleccionada; pero no hay duda de que después de su primera irrupción en el panorama de la contienda presidencial, cuando tuvo un gran salto inicial por la promoción que recibió del propio presidente López Obrador, al negarle derecho de réplica y atacarla en repetidas ocasiones desde la mañanera, se ha estancado. Xóchitl simplemente no ha seguido creciendo en las encuestas a pesar de su fuerte impacto inicial. De hecho, quien sí lo ha hecho es Beatriz Paredes, a pesar de que ayer el presidente del PRI, Alejandro Moreno, reconoció que las encuestas no la favorecen.
La elección presidencial de 2024, sin embargo, no será una contienda entre dos. Dante Delgado se ha resistido a que Movimiento Ciudadano se una al Frente Amplio por México, a pesar de que así lo querían Enrique Alfaro, el gobernador de Jalisco, y otros emecistas. Algunos ven en esta decisión de Dante un intento por dividir el voto de la oposición y favorecer a los partidos oficialistas. Yo veo en cambio razones para pensar que esta medida fortalecerá a Movimiento Ciudadano. En una contienda de tres, MC puede terminar siendo el partido bisagra en el Congreso, el que decida las votaciones más cerradas, y ser un partido bisagra trae consigo muchos beneficios políticos.
Dante parece inclinarse por Samuel García, gobernador de Nuevo León, como posible candidato presidencial de MC. Nadie espera que pueda ganar la elección; su función sería simplemente atraer votos para darle al partido una bancada más nutrida en el Congreso. Sería un candidato de sacrificio, aunque las encuestas sugieren que Luis Donaldo Colosio Riojas tendría mejor resultado.
Por lo pronto, sin embargo, Claudia va a empezar esta contienda, que las leyes electorales dicen que todavía no puede empezar, con una ventaja importante sobre sus posibles rivales. Quizá su mayor problema es que faltan todavía más de nueve meses para la elección. Esto es consecuencia de la decisión del Presidente de adelantar el proceso. Si faltaran 90 días para la votación, como dice la ley, sería virtualmente imposible para nadie alcanzar a Claudia. Pero en nueve meses muchas cosas pueden cambiar.
· REQUISITOS
El Presidente regresó ayer al tema de los libros de texto y acusó nuevamente al ministro de la Suprema Corte Luis María Aguilar de resolver "que no se distribuyan los libros" en los estados de Coahuila y Chihuahua. Sigue ocultando el hecho de que la razón por la cual el ministro falló de tal manera es porque el gobierno decidió publicar los libros sin haber cumplido con los requisitos de ley.