La inmediata recaptura del fiscal de Morelos el viernes, en cuanto había sido excarcelado, es otra marranada político-persecutoria de la Fiscalía General de Justicia de Ciudad de México.
Una falsaria nueva acusación abortó la orden de un juez federal para que Uriel Carmona Gándara fuera liberado de manera inmediata.
El cargo que se le colgó es “encubrimiento por favorecimiento”, debido a unos oficios entre las fiscalías de Morelos y General de la República, en la que se entromete la capitalina y solo procedería imponer una triste multa.
La acusación original para que Uriel fuera virtualmente levantado de su casa fue por presunta “obstrucción a la justicia” en el caso de Ariadna Fernanda López, cuyo cadáver fue hallado el 31 de octubre de 2022 en la carretera La Pera-Cuautla (caso del que consta un video en que se ve a uno de los acompañantes de la víctima en el estacionamiento de un edificio de CdMx cargando el cuerpo hacia el vehículo en que lo trasladó a Morelos).
Al fiscal se le acusó por dar a conocer a la prensa el dictamen de su servicio médico forense, que sostiene que la causa del fallecimiento fue broncoaspiración provocada por una congestión alcohólica.
Para las autoridades capitalinas, sin embargo, el motivo del deceso es que la joven fue “policontundida”, según el Instituto de Ciencias Forenses dependiente del Tribunal Superior de Justicia.
Tanto la doctora Godoy como la entonces jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, no solo dieron por cierta la mentira de que Ariadna fue golpeada hasta la muerte, sino afirmaron que el fiscal trataba de encubrir “un feminicidio”.
¿Entonces por qué no se le acusó de “encubrimiento”?
A diferencia de las médicas legistas de Morelos (feministas por cierto) que narraron en detalle los estudios que hicieron al cuerpo y concluyeron que Ariadna murió por broncoaspiración, las autoridades capitalinas jamás han precisado de dónde sacaron el cuento de las “policontusiones”, y nunca respondieron la solicitud que para ello les hizo la fiscalía de Uriel ni la petición, en el mismo sentido, que les formuló la Comisión estatal de Derechos Humanos de Morelos.
La politización del asunto se dio desde un principio.
Es público y notorio que el cuatroteismo apoya políticamente al gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, en su pleito con el fiscal Carmona, porque éste lo venía investigando por presuntos vínculos con el narcotráfico.
El cadáver de Ariadna Fernanda no presentó huellas de golpes o fracturas, y menos “letales”, como para asegurar que fue “policontundida”.
Las dos órdenes de captura contra el fiscal (giradas por jueces del sometido Tribunal Superior de Justicia, del que depende el Instituto de Ciencias Forenses) tienen tufo de venganza porque Uriel dejó en ridículo al gobierno capitalino.
Todo el caso apesta a consigna porque tanto el Tribunal como la Fiscalía de CdMx, que debieran operar con independencia, trabajan como incondicionales oficinas del gobierno que ahora encabeza Martí Batres…