Que la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, fue ayer “de carrerita” a conversar con diputados y senadores del PT en el Palacio de San Lázaro, llamándolos a la unidad y a cerrar filas con la corcholata que resulte hoy vencedora en las encuestas de Morena. Y no es que sean “ambiciosos vulgares”, pero los petistas encabezados por Alberto Anaya aprovecharon el viaje y pidieron a la responsable de la política interior un espacio de diálogo para ir revisando la distribución de candidaturas de la llamada 4T hacia 2024.
Que por cierto, antes del conteo las corcholatas se unieron y le enmendaron la plana a Mario Delgado, quien por la mañana había anunciado que los representantes no estarían en el voto por voto y en menos de 10 horas tuvo que desdecirse y aceptar la vigilancia absoluta, con la condición de que dejen celulares y se queden encerrados hasta el anuncio público, para evitar filtraciones. A ver si es cierto. Por la noche, las primeras porras de Marcelo Ebrard llegaron al WTC después de las 10 para hacer el relevo de los equipos que vigilaban desde las 4 la apertura de urnas.
Que aunque el discurso reiterado desde Palacio Nacional es que el INAI, de Blanca Lilia Ibarra, no sirve para nada, ayer la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, presumió en la conferencia matutina que el nuevo trámite para obtener por vía digital el certificado de antecedentes no penales recibió un premio en el Certamen a la Innovación en Transparencia… ¡que organiza el INAI! ¿No que no?
Que la senadora del PAN, Xóchitl Gálvez, pidió a los integrantes de la bancada panista que no hubiera ninguna manifestación de apoyo a su aspiración presidencial una vez que ingresara al Salón de Plenos. Los legisladores cumplieron, aunque en el patio una que otra de sus compañeras sí le gritó “¡presidenta!”. Por cierto, en entrevista con Elisa Alanís en MILENIO Televisión, la aspirante dijo que se queda en su escaño, como lo hicieron en su momento el petista Gerardo Fernández Noroña y el morenista Ricardo Monreal.