El tamaño del ego es inversamente superior al de la inseguridad.
Florestán
Ayer terminó el llamado proceso histórico de Morena, dirigido por el presidente López Obrador a lo largo de dos años, para ungir a su elegida, Claudia Sheinbaum, como candidata de Morena y, afirma, su sucesora.
Lo que por la mañana decía que había sido un proceso terso, sin problemas y que todo iba requetebién, se lo descompuso Marcelo Ebrard por la tarde cuando salió a denunciar una serie de irregularidades toleradas por Mario Delgado y Alfonso Durazo, a los que tachó de cobardes, porque esas graves incidencias impedían determinar al ganador de la contienda y exigió la reposición de todo el procedimiento, es decir, un nuevo proceso de selección de candidato, a lo que Delgado respondió diciendo que no había tales faltas y Durazo publicando la ya cajonera carta de los gobernadores morenos, ahora en apoyo del procedimiento y, claro, contra la postura de Ebrard, quien anunció que no asistiría al anuncio final a las 5 de la tarde, que se prolongó por más de dos horas por razones desconocidas y ante la presencia de los otros cinco aspirantes, encabezados por una exultante Claudia Sheinbaum.
En realidad, lo que Marcelo hizo con su denuncia fue deslegitimar al proceso, de lo mismo que el régimen, encabezado por López Obrador, acusó al Frente Amplio Opositor cuando dio por buena la segunda encuesta y dejó pasar la consulta, proclamando a Xóchitl Gálvez.
Mientras se alargaba el resultado final de Morena, Ebrard declaró: Estoy definitivamente fuera del proceso. Nos dejaron fuera. Ya no acompañamos al proceso. La decisión la tomaré el lunes, pero estaré en la boleta presidencial, para, lo que digo, solo hay espacio en Movimiento Ciudadano.
Finalmente, al anochecer se formalizó el anuncio: Es Claudia, y esto que es y será lo trascendente, es la candidata presidencial de la 4T, noticiosamente pasó a un segundo término, al menos por ayer cuando la nota fue la de Marcelo y su rompimiento.
Veremos hasta dónde da.
Lo que sigue es ella, #Es Claudia.
RETALES
1. ADIÓS. Antes de conocerse la elección de Claudia Sheinbaum, Ebrard dijo no me someteré a esa señora, que deja a Morena y no aceptará ninguna de las posiciones que acordó López Obrador para los no electos, del Congreso al gabinete, y que el lunes anunciará si va por otro partido;
2. AVIONAZO. Se acabó lo que tanto criticó López Obrador desde sus campañas: el uso de aviones oficiales como sus antecesores. La gira a Sudamérica la hará en uno de la Fuerza Aérea Mexicana. Lo acompañan los secretarios de Defensa y Marina; y
3. RECORTE. López Obrador dijo ayer que él no podía recortar el presupuesto de la Corte, como había dicho, de 15 mil a 25 mil millones de pesos. Pero ya instruyó a Ignacio Mier, quien ya declaró que les recortará ese recurso. Faltaba más, lo que diga el Presidente.