Que antes de volver a Palacio Nacional, después de entregar el bastón de mando a Claudia Sheinbaum en la puerta del restaurante El Mayor, Andrés Manuel López Obrador conversó unos 10 minutos a solas con la corcholata ganadora al interior de la zona arqueológica del Templo Mayor. De última hora, el mandatario canceló cena y ceremonia privadas para el acto y pidió a los asistentes bajar a la calle para hacerlo ante las cámaras.
Que mientras pasan las horas para conocer si Omar García Harfuch, jefe de la policía capitalina, se sube a la contienda por la Jefatura de Gobierno bajo las siglas de Morena, el zacatecano Ricardo Monreal ratificó que sí va a ese proceso y que hará valer su 6 por ciento que acumuló en la encuesta de la que salió la corcholata presidencial. El senador con licencia ya traía otro semblante y hoy participó en la reunión en la que AMLO entregó el bastón de mando a Claudia Sheinbaum.
Que cansado de “los políticos y las propuestas de siempre”, el actor y empresario Eduardo Verástegui se lanzó al INE para inscribirse como candidato presidencial independiente, cobijado por las “buenas vibras” de algunos de sus promotores, como los Bolsonaro y el propio Donald Trump, quienes lo destaparon meses atrás. Y como él traerá “el cambio”, porque México “no anda bien” y menos con “candidatas que son lo mismo, aunque se vistan diferente”, deslizó su gran idea: “prohibir la muerte”, que en su concepto es combatir el aborto. Ah, bueno.
Que el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, se reunió con los integrantes de la Junta de Coordinación Política del Senado, donde hablaron de temas como el migratorio, la implementación del T-MEC y la posibilidad de llevar a cabo una reunión interparlamentaria, todo durante la visita de cortesía que hizo para celebrar los 200 años de las relaciones diplomáticas entre ambos países. En Washington, sin embargo, reprochaban al mismo tiempo desde el Departamento de Estado la “falta de voluntad” de su vecino en la lucha contra el fentanilo.