"La fórmula de gobernar con honradez y austeridad funciona incluso en circunstancias de crisis y a pesar de la nefasta herencia que recibimos del periodo neoliberal".
Andrés Manuel López Obrador, 2021
En septiembre de 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador se preparaba para tomar el poder tras su triunfo electoral del 2 de julio, Rocío Nahle me dijo en entrevista que la nueva refinería que planeaban costaría 6 mil millones de dólares y quedaría lista en tres años. Le dije que los especialistas afirmaban que se necesitarían entre 18 mil y 20 mil millones de dólares y cinco o seis años, pero la futura secretaria me respondió contundente: "Quizá le costaría 20 mil millones a Peña Nieto, a Andrés Manuel le costará 6 mil". El propio Andrés Manuel le dijo a Reuters que la nueva refinería produciría 400 mil barriles diarios de gasolinas.
Ya en 2019 el presupuesto se fijó en 8 mil millones de dólares y el plazo en tres años. El proyecto se ofreció a cuatro constructoras sin una licitación abierta: "Son empresas muy serias las cuatro que se escogieron", aclaró el Presidente el 19 de marzo de 2019. "Una de ellas ha construido más de 200 refinerías". Dos meses después, en mayo, declaró desierto el concurso: "Estaban pidiendo mucho, se pasaron de los 8 mil millones de dólares y en el tiempo de construcción", explicó. Decidió así encargarle el proyecto a la propia secretaria de Energía, Nahle, quien no tenía experiencia en construcción de refinerías. El Presidente insistió: "Va a estar terminada para mayo de 2022, me canso ganso".
El 1º de julio de 2022, apenas dos meses después de esa fecha límite, el Presidente inauguró la Refinería Dos Bocas Olmeca, solo que todavía no estaba terminada. En octubre de 2022 dijo que la inversión máxima sería de 11,600 millones de dólares, sin señalar que el presupuesto original había sido de 8 mil millones. En julio de 2023 corrigió y dijo que, para que la refinería opere al 90 por ciento de su capacidad en 2024, el costo será como máximo de 16 mil millones de dólares, aunque matizó: "sin que rebase los 20 mil millones". No hay información de que hasta la fecha haya empezado la producción de gasolinas. La capacidad anunciada, por otra parte, ya no es de 400 mil barriles diarios, sino de 360 mil.
Francisco Barnés de Castro, exrector de la UNAM y exsubsecretario de Energía, comenta que "aunque la refinería de Dos Bocas termine costando únicamente 16 mil millones de dólares (pero con los costos asociados de infraestructura ya debe haber rebasado los 20 mil millones) y opere los próximos 20 años con un factor de planta de 90 por ciento (aunque en sus mejores años el sistema nacional de refinación nunca rebasó el 85 por ciento), el capital invertido... solo se podrá recuperar en 20 años, pero con una tasa interna de retorno de 0 por ciento, y solo si la refinería opera todos esos años con una utilidad neta de 7.5 dólares por barril".
La verdad, sin embargo, es que "en los últimos cuatro años Pemex Transformación Industrial ha registrado una pérdida neta promedio de más de 35 dólares por barril de crudo procesado". Aun sin considerar el costo de capital, el proyecto está destinado a perder grandes cantidades de dinero. Y el capital tiene un costo. El gobierno ha tenido que inyectar 1.32 billones de pesos a Pemex entre enero de 2019 y junio de 2023 (IMCO); es más de 13 veces el presupuesto de la Secretaría de Salud en 2024, que será de 96 mil millones de pesos.
Al Presidente no le importa. Con frecuencia dice que los proyectos de su gobierno no tienen "fines de lucro". Pero claro, él puede darse el lujo de no pensar en la rentabilidad ni en las pérdidas, porque el dinero no es suyo sino de los mexicanos.
· TREN MAYA
Y Dos Bocas no es el peor proyecto. El Tren Maya comenzó con un presupuesto de 7,500 millones de dólares, alrededor de 150 mil millones de pesos. Con lo presupuestado para 2024, el costo se eleva ya a 480 mil millones de pesos.