La cuarta campaña de vacunación contra la peste que azotó al mundo exhibirá una vez más la criminal irresponsabilidad de las autoridades sanitarias.
Aunque asegura que no es necesario autorizar su venta en el mercado porque su gobierno continuará vacunando de manera gratuita contra Covid-19, hace mes y medio el presidente López Obrador prometió que los inmunizantes podrán ser adquiridos en establecimientos privados.
La nueva campaña, anticipó, empezará en octubre, y aseguró que estarán “disponibles vacunas de todas las marcas”.
Antier sin embargo, el secretario federal de Salud, Jorge Alcocer, sepultó el cumplimiento de la palabra presidencial anunciando que, bajo la fórmula monopólica de aplicación de las tres primeras dosis, lo que se inyectará a la población son la rusa Sputnik y la cubana Abdala, que no fueron avaladas por la Organización Mundial de la Salud y se idearon para un virus que ha transmutado y hoy es distinto al que provocó la pandemia.
Dijo también que quizá pueda emplearse la inexistente vacuna mexicana Patria que la directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, María Elena Álvarez-Buylla (quien se propone “acabar con la ciencia neoliberal”), ofreció tener lista… en diciembre de 2021.
Al planteamiento de que en Estados Unidos acaba de aprobarse la actualización de las de Pfizer y Moderna para las nuevas variantes y la pregunta de cuándo y cuántas adquirirá el gobierno, Alcocer contestó:
“Contamos con disponibilidad de cinco millones 386 mil 200 dosis de vacuna Abdala, que están almacenadas en Birmex. En octubre y noviembre van a llegar cuatro millones de dosis, sí, cuatro millones de dosis de la vacuna Sputnik que tenían en reserva y nos la van a dar (…). Y también será necesaria la adquisición de 10 millones 212 mil 693 dosis más, con lo cual podemos completar esto”.
Se ufanó:
“Están aseguradas las llegadas de ambas…”.
Capoteó así el brete de las mejores vacunas y su disponibilidad en farmacias y hospitales:
“Y la pregunta, que no estoy haciendo a un lado, de si van a participar otras firmas, otro tipo de vacunas, sí, es posible (…). Hemos mantenido la relación con las principales vacunas que probaron su eficacia, y desde luego Pfizer.
Miente:
En varias ocasiones Pfizer ha presentado sus estudios para que la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios los apruebe, pero han sido rechazados.
Lo cierto es que el gobierno está decidido a que se apliquen las vacunas patito elaboradas para la variante original de Covid-19.
Ante la virtual amenaza de que los mexicanos reciban las vacunas rusa y cubana, el doctor
Francisco Moreno, prestigiado infectólogo y microbiólogo, recomienda no aceptar la inoculación de productos de dudosa calidad cuya eficacia inmunológica se ignora.
Lo que se debe exigir, dice, es que, como lo prometió AMLO, se comercialicen las actualizadas de las firmas reconocidas y probada eficiencia.
¿Se impondrá lo que bien puede constituir un delito sanitario gubernamental de proporciones colosales...?