La ciudad más afectada ha cambiado mucho en los últimos seis años; la nueva imagen urbana, desde la entrada con la monumental ave fénix
Existe un Jojutla antes del sismo del 19 de septiembre de 2017 y otro que se levantó de entre los escombros, los daños y las pérdidas humanas y materiales.
A las 13:14:39 horas el temblor de 7.1 grados con epicentro en Axochiapan, entre los límites de Puebla y Morelos, puso en crisis y llevó a tope a todos los servicios de emergencias.
Las autoridades de los tres niveles de gobierno se vieron rebasadas y nuevamente fue la sociedad civil quien puso manos a la obra para apoyar en las labores de rescate y auxilio.
La ciudad que renace
La ciudad de Jojutla ha cambiado mucho en los últimos seis años tras el sismo. La imagen urbana, desde la entrada con la monumental ave fénix, las amplias banquetas, árboles, iluminación y semáforos inclusivos para personas sordas, la hacen ver más fresca, agradable y moderna.
Sin embargo, aún sigue en reconstrucción, por ejemplo la presidencia municipal. Pero con todo esto la gente disfruta de comer un helado y beber aguas frescas en la amplia Plaza de la Soberana Convención Revolucionaria, ya que tras el sismo desapareció el kiosco.
Al pasear por las renovadas calles de la ciudad se pueden encontrar diversos atractivos por conocer más allá de los arcos de su zócalo, que se han vuelto un ícono del municipio. A unos pasos está el rústico jardín Ricardo Sánchez, donde vale la pena tomar un descanso del ajetreo diario.
Si el destino es la Alameda se puede caminar sobre las amplias banquetas de la calle Ricardo Sánchez y ahí se encontrará la estatua de Juan Antonio Tlaxcoapan, un héroe local e ilustre personaje de la Independencia de México, a un costado de la arquitectónica cancha de metal.
Frente al inmueble y portal del atrio del templo de San Miguel está la recién inaugurada Sala de Arte Sacro, donde hay una colección de objetos relacionados con la evangelización, la fe católica y la tradición popular devocional al Señor de Tula, que este año celebra 300 años de su aparición.
Si prefieres las exposiciones de arte tienes que visitar la Galería Municipal que se encuentra en la primera planta de la biblioteca pública presidente Adolfo López Mateos, donde cada dos meses hay exhibiciones artísticas de lunes a viernes hasta las 18:00 horas. Actualmente está la muestra escultórica Madera, acero y emociones secuelas de una pandemia, de Zenón Román Moyado, con acceso libre.
Ahora, que si solo quieres dar un paseo te recomendamos hacerlo bajo la fresca sombra de los árboles de maculís y tomarte una refrescante agua o jugo de frutas naturales de Los Tapatíos o un helado o paleta de Los Pilares o de cualquier otro expendio del centro de esta ciudad.
Otro lugar obligado para quienes gustan de visitar Jojutla son sus mercados, en donde encontrarás gran variedad de productos y gastronomía de la cocina tradicional. En el área de las carnicerías no puedes dejar de probar los famosos taquitos dorados.
Prevención
Esta ciudad tiene más alertas sísmicas que la capital del estado, un total de 40, que suenan de 30 a 40 segundos antes del sismo y alertan a la población para moverse a lugares más seguros.
También cuenta con 120 cámaras de videovigilancia en las que se han invertido más de 2 millones de pesos y un equipo de drones que se mueven por la ciudad ante cualquier emergencia, lo que ha inhibido la delincuencia, los feminicidios y homicidios.
Los pendientes
Griselda Contreras Hernández, representante de los damnificados de la colonia Emiliano Zapata de Jojutla, considera que se logró abatir el rezago en la reconstrucción, salvo algunos casos que tienen problemas por falta de certeza jurídica en la tenencia de la tierra.
“Aquí en la colonia son como tres personas que no han reconstruido, de un total de 20 en todo el municipio que tienen conflicto legal”, agrega.
Precisamente en este lugar el presidente Andrés Manuel López Obrador dio el banderazo del Programa Nacional de Reconstrucción de la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi). Sin embargo, también ha sido fundamental el apoyo de algunas fundaciones, como Carso, Slim, Échale y Hogares, ésta última administró los recursos que donó el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) para mejorar los espacios públicos.
Lo perdido ya no se recupera
“Lo que se perdió ya no se recupera”, dice con nostalgia Elizabeth Salgado Maldonado, una de las dos mil 900 damnificadas, quien no solo perdió su vivienda, sino que rescataron de entre los escombros a su hijo Luis Emmanuel, de 12 años, quien fue protegido por una vecina que no sobrevivió.
Dijo que a pesar del apoyo del Fonden y Conavi sigue sin terminar la reconstrucción de su casa y vive en constante zozobra, ya que se cimbra con el paso de los camiones pesados que transitan por la calle 18 de marzo, que comunica a esta ciudad con la Autopista Siglo XXI.
Y es que el pavimento ya está muy fracturado y teme que el drenaje también, como en muchos puntos de la cabecera municipal, porque el sismo destruyó arriba y bajo la tierra.
Por otra parte, Elena Vargas Cedillo expresó que a seis años del terremoto “por lo menos no estamos en la calle, pero el sismo se llevó años de esfuerzo y ahorita es muy difícil recuperarse de todo lo perdido”.
Agregó que por lo menos ya tenían techo cuando se decretó la alerta sanitaria por el Covid-19, lo que agudizó la crisis de muchas familias y desencadenó a los delincuentes, “pero nos esforzamos para salir adelante, aun cuando ya no se tienen las mismas fuerzas para hacerlo”.
Ella es propietaria de una carnicería y dijo que no logra tener las ventas de antes: “Ahora es más esfuerzo por salir adelante”.
Tanto ella como Elizabeth son vecinas de la calle 18 de Marzo de la colonia Emiliano Zapata y coinciden que antes del sismo estaban más tranquilas porque ningún temblor les había causado daños, además del dolor por la pérdida de sus seres queridos, sus casas y el quebranto de la economía familiar.
A su vez, en la calle 20 de noviembre de la misma colonia, Salomón Hernández Encarnación, de la peluquería “El Piri”, a sus 74 años recuerda cómo quedó atrapado entre los escombros de su casa junto a su esposa, quien perdió la vida en el Hospital Ernesto Meana.
Pese a la dolorosa pérdida contó que nunca hubiera podido mejorar su vivienda si no es por el terremoto, pues incluso económicamente le ha ido bien.
“Para mí ha sido una bendición, solamente de este modo puedo tener esta casa”, explicó al reconocer el apoyo de sus hijas y de su primera esposa con quien se reconcilió tras quedar viudo.
“Recuperé mi negocio y mejoró mi casa. Era un cuarto de adobe y ahora ya tengo un piso de loseta por la misericordia de Dios, una casa con cimientos firmes”.
Advierte que hay más rezago en la reconstrucción en Zacatepec, donde se puede ver una mayor parte de predios baldíos y con evidentes huellas de la devastación del sismo.
Con la reconstrucción tras el sismo, varias familias mejoraron sus viviendas, pero para otras ha sido un duro retroceso del que no se han podido superar, toda vez que hay familias que habitaban en una sola vivienda y ahora tienen hasta tres; además, hay unas que están padeciendo porque de las tres o cuatro familias que habitaban una casa se construyó solo una y los demás se vieron en la necesidad de salir a buscar donde vivir.
Mientras, en las calles de las diferentes colonias y centro de la ciudad urge renovar drenajes y pavimentaciones, pero también que se termine la reconstrucción del Ayuntamiento y la antigua estación del tren interoceánico, inmuebles históricos que han quedado en el olvido.
Sin embrago, están por entregar las últimas 89 casas para los damnificados en una colaboración tripartita de la Fundación “Échale”, el Ayuntamiento y el gobierno estatal con los servicios públicos.
Se trata del conjunto habitacional “19 de septiembre” para los damnificados que no tenían predios donde construir, entre otras cien casas que se han atendido en diferentes puntos de la ciudad.