Que ante el amago morenista de recorte al presupuesto del Poder Judicial, el magistrado presidente del Tribunal Electoral, Reyes Rodríguez, acudió ayer al Palacio de San Lázaro a cabildear personalmente con la diputada presidenta, Marcela Guerra; el mando de la Junta de Coordinación Política, Jorge Romero, y hasta el líder parlamentario de Morena, Ignacio Mier, el proyecto de gasto de 3 mil 890 millones de pesos para el año electoral 2024, sin considerar aumento a las remuneraciones de los juzgadores ni crear plazas, pero con la garantía de que la transmisión del poder se dé pacíficamente y con estabilidad democrática.
Que las posiciones no se mueven, o se mueven apenas unos centímetros, entre Marcelo Ebrard y Morena, pues el primero lanzó su asociación El Camino de México, aclarando que no es un nuevo partido; su colaboradora Malú Mícher ratificó que no hay una escisión entre los guindas, y las instancias que revisan la queja del ex canciller simplemente no han dado muestras de vida, mientras que en Movimiento Ciudadano, jugador invitado en el jaloneo, empiezan a cambiar las señales. A ver.
Que a nadie sorprendió que el PAN se hiciera prácticamente del control de los procesos electorales en la mitad de entidades en disputa el próximo año, pues tiene los mejores números de la oposición y por eso llevará mano en Yucatán, Guanajuato, Ciudad de México y Puebla. Sí resulta extraño por otra parte que más allá de ser socios, alguien crea que el PRI pueda ganar algo en Veracruz y Morelos o, peor, que le den alguna oportunidad ¡al PRD! en Chiapas y Tabasco.
Que el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, reconoció el trabajo de autoridades y agencias de seguridad mexicanas que permitieron el arresto, la extradición y la presentación de Ovidio Guzmán, hijo de El Chapo, ante una jueza en Illinois, por cargos relacionados con tráfico de drogas, lavado de dinero y posesión de armas de fuego. Pero como nunca están satisfechos, el diplomático recordó que aún está pendiente la entrega de Rafael Caro Quintero.